/ martes 2 de junio de 2020

Familias recurren al crédito para sobrevivir cuarentena

Por Édgar F. Garza Ancira

Los mexicanos en promedio ganan 123.22 pesos al día y tienen un ingreso promedio de 14 mil pesos al mes y generalmente gastan más de lo que ganan. El 68% de la población comprendida entre los 18 y los 70 años tienen por lo menos una tarjeta. A finales de 2019 había 24 millones de tarjetas de crédito y 127 millones de tarjetas de débito en el mercado mexicano. Al día se registraron un promedio de 11 millones de transacciones, 74 % eran con débito y 26 % con crédito, lo que generaba un gasto mensual con tarjetas de 215,000 millones de pesos.

El tipo de crédito que más solicitan los mexicanos fue el de nómina, que por lo regular son pagados puntualmente, seguido del automotriz, personales y, finalmente, el de tarjetas de crédito.

La llegada del coronavirus impulsó la pérdida de empleos y salarios y lo que están haciendo es recurrir al uso de las tarjetas de crédito para pagar sus servicios de luz, agua, teléfono, gas, renta, comida, colegiaturas, la mensualidad del auto, la hipoteca de sus casas y hasta el pago de los impuestos anuales, lo que les permite subsistir, pero les puede generar un endeudamiento extra en este periodo de contingencia. La estrategia que han venido empleando, es endeudarse con la tarjeta de crédito hasta que vuelvan a percibir ingresos.

Ante ello, se debe ser muy prudente con el uso de dinero en efectivo que nos presta una tarjeta de crédito ya que los intereses que se cobran son demasiado elevados y sólo resolverán una necesidad presente con un problema futuro. Lo más recomendable al utilizarla, es a meses sin intereses para que este instrumento a la larga no se vuelva una deuda difícil de pagar.

En estos momentos de incertidumbre que vivimos, es crucial evitar generar endeudamientos que excedan la capacidad de pago. Las familias deben formular planes sobre el mejor manejo del dinero y no incrementar el nivel regular de sus gastos.

Si se tienen deudas lo mejor es renegociar con el banco, lo que permitirá enfrentar los próximos meses, sin estar encadenado años al pago de intereses.


Por Édgar F. Garza Ancira

Los mexicanos en promedio ganan 123.22 pesos al día y tienen un ingreso promedio de 14 mil pesos al mes y generalmente gastan más de lo que ganan. El 68% de la población comprendida entre los 18 y los 70 años tienen por lo menos una tarjeta. A finales de 2019 había 24 millones de tarjetas de crédito y 127 millones de tarjetas de débito en el mercado mexicano. Al día se registraron un promedio de 11 millones de transacciones, 74 % eran con débito y 26 % con crédito, lo que generaba un gasto mensual con tarjetas de 215,000 millones de pesos.

El tipo de crédito que más solicitan los mexicanos fue el de nómina, que por lo regular son pagados puntualmente, seguido del automotriz, personales y, finalmente, el de tarjetas de crédito.

La llegada del coronavirus impulsó la pérdida de empleos y salarios y lo que están haciendo es recurrir al uso de las tarjetas de crédito para pagar sus servicios de luz, agua, teléfono, gas, renta, comida, colegiaturas, la mensualidad del auto, la hipoteca de sus casas y hasta el pago de los impuestos anuales, lo que les permite subsistir, pero les puede generar un endeudamiento extra en este periodo de contingencia. La estrategia que han venido empleando, es endeudarse con la tarjeta de crédito hasta que vuelvan a percibir ingresos.

Ante ello, se debe ser muy prudente con el uso de dinero en efectivo que nos presta una tarjeta de crédito ya que los intereses que se cobran son demasiado elevados y sólo resolverán una necesidad presente con un problema futuro. Lo más recomendable al utilizarla, es a meses sin intereses para que este instrumento a la larga no se vuelva una deuda difícil de pagar.

En estos momentos de incertidumbre que vivimos, es crucial evitar generar endeudamientos que excedan la capacidad de pago. Las familias deben formular planes sobre el mejor manejo del dinero y no incrementar el nivel regular de sus gastos.

Si se tienen deudas lo mejor es renegociar con el banco, lo que permitirá enfrentar los próximos meses, sin estar encadenado años al pago de intereses.