Definitivamente hemos sido bombardeados por todos los medios posibles por la frase “quédate en casa” y al parecer podría ser muy sencilla, pero cuando una persona vive al día, no es complicada, sino imposible, más cuando no se tiene un trabajo estable que le ayude a sobrevivir.
El virus que aqueja al país y al mundo entero ha estado subiendo sus cifras de manera exponencial y aunque aun son menos de 100 los muertos por esta cepa, eso no significa que ya la hayamos librado, es más, no estamos ni cerca de iniciar la escalada en los contagios y eso depende mucho la actitud que los mexicanos tomemos en ese sentido.
Definitivamente, hay miles de mexicanos que sí se pueden quedar en casa y esa muestra basta con ver en los lugares públicos apenas un puñado de personas, pero tuvo que ser por decreto del gobierno que cerraran estas, porque hace una semana, estas estaban como si en lugar de pandemia, hubieran caido del cielo unas grandes vacaciones.
Sin embargo, esto no ha sido lo mejor para todos, pues los pocos mexicanos que están en las plazas públicas son aquellos que necesitan vender algún producto o servicio para poder sobrevivir, no son los que hicieron compras de pánico, son los que tienen pánico por no tener para comprar lo necesario para el sustento de su familia.
Y es que no es para nada fácil arriesgarse en la calle a contagiarse del coronavirus, cualquiera en su sano juicio preferiría estar en su casa, con su familia, a salvo de los contagios, haciendo hasta lo imposible por cuidar de ellos, pero para millones de mexicanos, es en la calle donde encuentran el sustento diario.
Del gobierno ni hablamos, pues aunque ha “intentado ayudar” su único duscurso es que se metan a casa todos aunque no tengan nada de comer, eso si, no olviden que tienen que pagar impuestos y servicios, para que puedan seguir recibiéndolos.
Por eso es que ahora no solo están los millones de mexicanos sufriendo por no tener trabajo o dinero para sobrevivir a la contingencia, ahora además viven aterrorizados esperando a que el de la luz llegue a cortarlo, a que el del gas quite el servicio y a que los impuestos sean requeridos.
Así, que sepa el gobierno, si no se mueren de coronavirus, se van a morir del estrés, pero de que no la vamos a librar muchos, no la vamos al librar, sólo un milagro podría rescatar la economía mexicana que si de por sí iba de caída, ahora va que vuela a estrellarse y no hablamos de años, serán si a caso, meses.