/ martes 8 de octubre de 2019

Empleo para jóvenes

Generar las condiciones para que los jóvenes emprendedores tengan oportunidades de iniciar un negocio, con créditos blandos y facilidades de pago tendría que ser uno de los ejes fundamentales de cualquier gobierno.

Muchas veces, aquellos que terminan una carrera, no ven las posibilidades para salir adelante; hay más obstáculos que oportunidades para emprender sus proyectos.

El INEGI realizó el año pasado la Encuesta Nacional de Egresados, donde se entrevistaron a 12 mil egresados de todo el país, con el fin de entender mejor sus necesidades laborales y crear políticas públicas a favor de este sector.

Los datos son muy interesantes. Casi la mitad de quienes salen del nivel de educación superior o universidades ganan muy poco en su primer trabajo, los mejores sueldos oscilan entre los 3 mil a 8 mil pesos mensuales.

De acuerdo a la encuesta, dos de cada tres egresados considera que es muy difícil tener un buen trabajo. Por esta razón, lo ideal para aquellos que terminan una carrera es ser sus propios jefes, emprender un negocio y obvio obtener mejores ganancias.

Sin embargo, no es tan fácil. En la Ciudad de México hay 4.2 millones de personas ocupadas. La tasa de informalidad laboral es del 49.7 por ciento, es decir, casi cinco de cada 10 trabajadoras en esta ciudad tiene un empleo informal.

De éstos, de acuerdo a datos de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo en la Ciudad de México, un 27 por ciento perciben más de uno hasta dos salarios mínimos y un 18 por ciento ganan más de dos hasta tres salarios mínimos.

Frente a este escenario, los jóvenes egresados de carreras no tienen muchas posibilidades para integrarse a un trabajo formal. Por eso, aspiran a impulsar sus propios proyectos para tener más recursos. En el caso de aquellos que dejaron sus estudios, la situación es más compleja y sólo pueden acceder a empleos informales.

No es posible que nuestro país no tenga suficientes opciones de empleo para los jóvenes, cuando algunos países como Estados Unidos, Chile y Colombia cuentan con apoyos y formas muy innovadoras de apoyo para los emprendedores, los cuales tienen mayores posibilidades de desarrollarse y tener éxito.

Lo ideal sería que se generara un modelo de incubadora empresarial a gran escala, la cual sería una alternativa económica, sobre todo de generación de empleos para los jóvenes. En este modelo pueden trabajar juntos la iniciativa privada, el gobierno y la academia. Hay que trabajar en este tema.

Generar las condiciones para que los jóvenes emprendedores tengan oportunidades de iniciar un negocio, con créditos blandos y facilidades de pago tendría que ser uno de los ejes fundamentales de cualquier gobierno.

Muchas veces, aquellos que terminan una carrera, no ven las posibilidades para salir adelante; hay más obstáculos que oportunidades para emprender sus proyectos.

El INEGI realizó el año pasado la Encuesta Nacional de Egresados, donde se entrevistaron a 12 mil egresados de todo el país, con el fin de entender mejor sus necesidades laborales y crear políticas públicas a favor de este sector.

Los datos son muy interesantes. Casi la mitad de quienes salen del nivel de educación superior o universidades ganan muy poco en su primer trabajo, los mejores sueldos oscilan entre los 3 mil a 8 mil pesos mensuales.

De acuerdo a la encuesta, dos de cada tres egresados considera que es muy difícil tener un buen trabajo. Por esta razón, lo ideal para aquellos que terminan una carrera es ser sus propios jefes, emprender un negocio y obvio obtener mejores ganancias.

Sin embargo, no es tan fácil. En la Ciudad de México hay 4.2 millones de personas ocupadas. La tasa de informalidad laboral es del 49.7 por ciento, es decir, casi cinco de cada 10 trabajadoras en esta ciudad tiene un empleo informal.

De éstos, de acuerdo a datos de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo en la Ciudad de México, un 27 por ciento perciben más de uno hasta dos salarios mínimos y un 18 por ciento ganan más de dos hasta tres salarios mínimos.

Frente a este escenario, los jóvenes egresados de carreras no tienen muchas posibilidades para integrarse a un trabajo formal. Por eso, aspiran a impulsar sus propios proyectos para tener más recursos. En el caso de aquellos que dejaron sus estudios, la situación es más compleja y sólo pueden acceder a empleos informales.

No es posible que nuestro país no tenga suficientes opciones de empleo para los jóvenes, cuando algunos países como Estados Unidos, Chile y Colombia cuentan con apoyos y formas muy innovadoras de apoyo para los emprendedores, los cuales tienen mayores posibilidades de desarrollarse y tener éxito.

Lo ideal sería que se generara un modelo de incubadora empresarial a gran escala, la cual sería una alternativa económica, sobre todo de generación de empleos para los jóvenes. En este modelo pueden trabajar juntos la iniciativa privada, el gobierno y la academia. Hay que trabajar en este tema.