Si de por si el año pasado no nos fue nada bien en la economía, y este 2020 pintaba mal, ahora resulta catastrófico el escenario con este coronavirus COVID-19, y vaya que ya se empezaron a notar los primeros estragos. Subida de precios en productos básicos, cierre de empresas, desempleo, menos ingresos y menor gasto, para comenzar.
Y si, aunque es buena la noticia que bajó la gasolina, esto no se reflejará en una mejora económica. Puede que ayude en el mediano plazo, a que por ejemplo, se contenga la inflación, pero no pasará de ahí, El dólar, lo mejor que nos puede pasar es que se quede en los 23 pesos para evitar una mayor devaluación, pero nada más.
Los estudios promedio, todos calculan una caída de más del -5% del PIB y hasta del -7% en el crecimiento del consumo privado. La inversión podría caer un -4% y nuestras exportaciones un -4%, con una contracción en el mercado interno de hasta -6%. Aquí, lo preocupante es la recuperación, ya que podría tardar hasta tres años cuando nos levantemos de este knock out que nos está propinando este coronavirus.
Si bien es cierto que son factores exógenos, es decir, que corresponden a una crisis internacional que no está a nuestro alcance, la respuesta del gobierno puede ayudar a sobrepasar o empeorar esta recesión.
Por ejemplo, nuestros vecinos del norte, a las familias con más de 4 integrantes les dará el gobierno 3,500 dólares para enfrentar esta crisis. Los préstamos estudiantiles suspenderán sus pagos y los impuestos para pagarlos se pasaron hasta julio. Habrá préstamos con 0% de interés y durante los próximos 4 meses no se van a tener que pagar agua, luz, gas, ni tarjetas de crédito, ni hipotecas.
Dirán, eso es Estados Unidos, no nos comparemos. Pero no, El Salvador, una economía mucho más pequeña que la mexicana, implementará varias medidas similares. ¿Endeudamiento? Es manejable, pero es una decisión que corresponde al Presidente y su Secretario de Hacienda. Nada fácil, pues de ahí se verá desde ya, como termina este gobierno.
@floresaquino
