/ domingo 6 de diciembre de 2020

El negocio de las emergencias

Es por demás sabido que hay autoridades que prefieren obstaculizar la labor de los medios de comunicación que demostrar que la ciudad se ha convertido en una de las más violentas a nivel nacional y eso lo hacen ocultando y maquillando las cifras de la violencia, principalmente la ligada a los grupos delincuenciales que operan en la zona centro de la capital.

El negocio debe ser lucrativo para varias partes, pues no solo los policías capitalinos están involucrados en este juego macabro, también lo están hospitales y ambulancias particulares, quienes se prestan a este movimiento para bajar los índices delincuenciales y por supuesto, sacar una partida monetaria que no siempre es poca.

Y es que ya han sido varios los casos en los que se documenta que minutos antes de que la emergencia sea lanzada por los primeros respondientes vía radiofrecuencia al Centro de Comando C5, las ambulancias particulares, muchas de dudosa procedencia, ya se encuentran en el lugar brindando atención, que no fue requerida, pero por la que hay que pagar.

Esto con la intención de que sean estas unidades y no las de gobierno las que brinden atención, hagan el traslado e internen al lesionado, principalmente por disparo de arma de fuego, a algún hospital privado. Además, la cereza del pastel es que la cifra no impacta en las estadísticas de la ciudad, es como un ganar-ganar.

Esto funciona de la siguiente manera, una o varias personas son atacadas a disparos en cualquier lugar de la zona centro; los primeros en llegar son los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuyo deber es solicitar a su Puesto de Mando el apoyo de una ambulancia de gobierno para brindar atención médica a los lesionados.

Y aquí es donde viene la primera anomalía, porque lejos de hacerlo así, solicitan una ambulancia particular, argumentando que las otras tardan mucho tiempo; estas unidades llegan en minutos, y es hasta que lo hacen que la emergencia es notificada al C5, por supuesto cuando la unidad de gobierno llega, los primeros ya tienen al paciente a bordo.

Esta acción de subir al paciente ya le generó a la ambulancia no menos de 3,500 pesos solo por brindar la atención y llevarlo a un hospital, por supuesto particular, donde el lesionado recibirá la atención, pero costará y costará bastante; en el peor de los casos, lo trasladará ya sin vida, pero el cobro a los familiares se hará para poder recuperar el cuerpo. Y así todos ganan, menos la ciudadanía.

Es por demás sabido que hay autoridades que prefieren obstaculizar la labor de los medios de comunicación que demostrar que la ciudad se ha convertido en una de las más violentas a nivel nacional y eso lo hacen ocultando y maquillando las cifras de la violencia, principalmente la ligada a los grupos delincuenciales que operan en la zona centro de la capital.

El negocio debe ser lucrativo para varias partes, pues no solo los policías capitalinos están involucrados en este juego macabro, también lo están hospitales y ambulancias particulares, quienes se prestan a este movimiento para bajar los índices delincuenciales y por supuesto, sacar una partida monetaria que no siempre es poca.

Y es que ya han sido varios los casos en los que se documenta que minutos antes de que la emergencia sea lanzada por los primeros respondientes vía radiofrecuencia al Centro de Comando C5, las ambulancias particulares, muchas de dudosa procedencia, ya se encuentran en el lugar brindando atención, que no fue requerida, pero por la que hay que pagar.

Esto con la intención de que sean estas unidades y no las de gobierno las que brinden atención, hagan el traslado e internen al lesionado, principalmente por disparo de arma de fuego, a algún hospital privado. Además, la cereza del pastel es que la cifra no impacta en las estadísticas de la ciudad, es como un ganar-ganar.

Esto funciona de la siguiente manera, una o varias personas son atacadas a disparos en cualquier lugar de la zona centro; los primeros en llegar son los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuyo deber es solicitar a su Puesto de Mando el apoyo de una ambulancia de gobierno para brindar atención médica a los lesionados.

Y aquí es donde viene la primera anomalía, porque lejos de hacerlo así, solicitan una ambulancia particular, argumentando que las otras tardan mucho tiempo; estas unidades llegan en minutos, y es hasta que lo hacen que la emergencia es notificada al C5, por supuesto cuando la unidad de gobierno llega, los primeros ya tienen al paciente a bordo.

Esta acción de subir al paciente ya le generó a la ambulancia no menos de 3,500 pesos solo por brindar la atención y llevarlo a un hospital, por supuesto particular, donde el lesionado recibirá la atención, pero costará y costará bastante; en el peor de los casos, lo trasladará ya sin vida, pero el cobro a los familiares se hará para poder recuperar el cuerpo. Y así todos ganan, menos la ciudadanía.

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