/ martes 15 de octubre de 2019

El Metro, una ciudad subterránea

No cabe duda que el Metro es una ciudad subterránea, otra ciudad debajo de la capital del país, donde todo puede ocurrir, desde comercio en los vagones, pedigüeños con enfermedades falsas, niños de la calle que ya no son niños; y te puedes encontrar las cosas menos imaginadas, que alguien olvidó en su ajetreado andar.

Para sus habitantes, el Sistema de Transporte Colectivo Metro no solo prepara programas de seguridad, además los cuida como el gran hermano con cámaras en andenes, estaciones, salidas y oficinas, sabe quién entra y quién sale. Incluso tiene un grupo especializado para rescatar perritos o gatos cuando se les ocurre meterse a las vías o zonas peligrosas, y no es que los saque y los abandone, los lleva a un centro de transferencia para que tengan una familia.

Así funciona este transporte de 50 años de edad que hoy despliega todo un programa de cultura, para aquellos que casi viven en esta ciudad subterránea.

Porque no todo mundo anda a las prisas, hay quienes se dan su tiempo, admiran a la gente, la vida entre tren y tren y lo que ocurre en cada rincón del Metro,

Para ellos este lunes hubo canciones en la estación Cuatro Caminos, de la línea 2, con Rosa Mayoral y su interpretación de boleros, baladas románticas y rancheras.

Por la tarde, quienes pasaron por la estación Zapata de la línea 12, el cine proyectó “Feral”, que narra la historia de un sacerdote dedicado al psicoanálisis, quien trata de reintegrar a la sociedad a niños encontrados en el bosque en un punto del estado de Oaxaca.

En Copilco, Kai Díaz, una cantautora y actriz de 21 años incursiona en el mundo de la música pop, acompañada de su guitarra, piano y ukulele.

Y eso no es todo, si usted es un metronauta aún hay 18 actividades entre boleros con Trío Milenio; sones y huapangos, con los grupos Tres en Línea y Los Huastecos, así como rock y música pop a cargo de bandas como Nana Mendoza y Disco Malibú

En twitter @Antoniodemarcel

En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx

No cabe duda que el Metro es una ciudad subterránea, otra ciudad debajo de la capital del país, donde todo puede ocurrir, desde comercio en los vagones, pedigüeños con enfermedades falsas, niños de la calle que ya no son niños; y te puedes encontrar las cosas menos imaginadas, que alguien olvidó en su ajetreado andar.

Para sus habitantes, el Sistema de Transporte Colectivo Metro no solo prepara programas de seguridad, además los cuida como el gran hermano con cámaras en andenes, estaciones, salidas y oficinas, sabe quién entra y quién sale. Incluso tiene un grupo especializado para rescatar perritos o gatos cuando se les ocurre meterse a las vías o zonas peligrosas, y no es que los saque y los abandone, los lleva a un centro de transferencia para que tengan una familia.

Así funciona este transporte de 50 años de edad que hoy despliega todo un programa de cultura, para aquellos que casi viven en esta ciudad subterránea.

Porque no todo mundo anda a las prisas, hay quienes se dan su tiempo, admiran a la gente, la vida entre tren y tren y lo que ocurre en cada rincón del Metro,

Para ellos este lunes hubo canciones en la estación Cuatro Caminos, de la línea 2, con Rosa Mayoral y su interpretación de boleros, baladas románticas y rancheras.

Por la tarde, quienes pasaron por la estación Zapata de la línea 12, el cine proyectó “Feral”, que narra la historia de un sacerdote dedicado al psicoanálisis, quien trata de reintegrar a la sociedad a niños encontrados en el bosque en un punto del estado de Oaxaca.

En Copilco, Kai Díaz, una cantautora y actriz de 21 años incursiona en el mundo de la música pop, acompañada de su guitarra, piano y ukulele.

Y eso no es todo, si usted es un metronauta aún hay 18 actividades entre boleros con Trío Milenio; sones y huapangos, con los grupos Tres en Línea y Los Huastecos, así como rock y música pop a cargo de bandas como Nana Mendoza y Disco Malibú

En twitter @Antoniodemarcel

En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx

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