Hace unos años, a través de su hija Marysol Sosa, tuve el gran honor de conocer al “príncipe de la canción” José José. De inmediato pude apreciar su sencillez y calidad humana. Y también al gran profesional que cuando de música se trataba, inmediatamente se dejaba notar.
Con una voz privilegiada, de esas que pocas veces se dan en la vida, sin duda era el mejor intérprete de la canción que nuestro país pudo haberle dado no solo a nuestro México sino a todo el mundo, apreciado por millones de personas, y por artistas de la calidad de Frank Sinatra.
Por ello, José José a partir de ahora es inmortal, con un gran legado musical que afortunadamente podremos apreciar por siempre. Pero aparte este legado, recuerdo perfectamente, la vehemencia con la que proclamaba que él siempre se debía a su gente, y que cualquier artista que tuviera la oportunidad de subir a un escenario, tendría siempre que tenerlo muy presente: su público.
Igualmente la enorme trascendencia que el gran José José tuvo en la radio, y que se mantiene hasta el día de hoy, donde no ha habido una sola estación que haya hecho gran reconocimiento al tremendo talento del príncipe de la canción.
Se han ido los grandes ya, quedan algunas voces que podrían hacer historia igualmente, pero sin duda, el más grande, ha sido el magnífico José José.
Más allá de los escándalos por la familia del príncipe que vive en Miami, y que las televisoras latinas en Estados Unidos se han encargado de magnificar -en especial Telemundo-, es justo recordarlo por siempre por esa gran calidad para cantar, y por supuesto su calidad humana.
Esperemos haya sensibilidad y sensatez de quien deba haberla, para brindarle un homenaje de cuerpo presente, por supuesto en Bellas Artes, aunque seguro también llenaría el Estadio Azteca.
Mis más sentidas condolencias a su familia y amistades, en especial a Marysol, José Joel y Anel. ¡Viva por siempre el Príncipe de la canción!
@floresaquino
