/ domingo 2 de enero de 2022

El futuro de las empresas

Los últimos dos años han sido difíciles para las empresas. Entre las causas se encuentran: la pandemia, incertidumbre en el mercado, cambio en las prioridades de los consumidores e incremento en los costos de las materias primas. También han incidido las limitaciones en las cadenas de suministro, demanda de productos con reducción de colaboradores en los centros de trabajo, falta de liquidez de los consumidores y aumento de la inseguridad, entre otros factores.

Aunque existe amplia apertura de las actividades económicas, los desafíos siguen obligando a los negocios a realizar una correcta planeación de sus operaciones para mantenerse en el mercado y seguir conservando e impulsando la creación de empleos.

El reto es realizar una evaluación de la empresa para seguir adecuando el modelo de negocio a las necesidades del mercado, destacándose de la competencia a través de la implantación de conceptos innovadores, teniendo en mente que el cliente es el motor de cualquier empresa y por ello las energías deben enfocarse en garantizar los mejores productos o servicios.

Asimismo, se deben instrumentar estrategias digitales y de venta, plataformas de contenido en streaming, transformación de tiendas físicas a e-commerce, logística de entregas y soluciones tecnológicas que representan áreas de oportunidad para los negocios mexicanos, que además permitan elevar su nivel de ingresos y la liquidez del negocio. Sin estos elementos, las empresas no son viables.

La salud financiera es la clave para hacer crecer cualquier negocio, ya que permite contar con la capacidad de ejecución y funcionamiento óptimo de las actividades empresariales, mantener los procesos operativos, continuar con la compra de materia prima para producir y realizar inversiones en infraestructura.

Se debe mantener el control de los recursos para que siempre estén orientados a agregar valor a los productos y servicios. Asimismo, contar con saldo en las cuentas para afrontar situaciones imprevistas y ofrecer respuestas ágiles para impulsar acciones estratégicas que impulsen los negocios hacia un crecimiento rentable y sostenido.

Los cambios que se produzcan hacia el futuro deberán contar también con un enfoque de resiliencia organizacional que abarque desde las estrategias de liderazgo, hasta la forma en que operan las empresas a través de su gente y tecnología, para incrementar la productividad a través del compromiso del talento humano y para ser capaces de planear, enfrentar y absorber el estrés financiero y operativo, recuperarse y seguir siendo competitivas.

Debido a que la emergencia sanitaria continúa, las empresas deben adaptarse y reinventarse constantemente para cumplir con sus obligaciones y ahorrar e invertir para impulsar su crecimiento.

Los últimos dos años han sido difíciles para las empresas. Entre las causas se encuentran: la pandemia, incertidumbre en el mercado, cambio en las prioridades de los consumidores e incremento en los costos de las materias primas. También han incidido las limitaciones en las cadenas de suministro, demanda de productos con reducción de colaboradores en los centros de trabajo, falta de liquidez de los consumidores y aumento de la inseguridad, entre otros factores.

Aunque existe amplia apertura de las actividades económicas, los desafíos siguen obligando a los negocios a realizar una correcta planeación de sus operaciones para mantenerse en el mercado y seguir conservando e impulsando la creación de empleos.

El reto es realizar una evaluación de la empresa para seguir adecuando el modelo de negocio a las necesidades del mercado, destacándose de la competencia a través de la implantación de conceptos innovadores, teniendo en mente que el cliente es el motor de cualquier empresa y por ello las energías deben enfocarse en garantizar los mejores productos o servicios.

Asimismo, se deben instrumentar estrategias digitales y de venta, plataformas de contenido en streaming, transformación de tiendas físicas a e-commerce, logística de entregas y soluciones tecnológicas que representan áreas de oportunidad para los negocios mexicanos, que además permitan elevar su nivel de ingresos y la liquidez del negocio. Sin estos elementos, las empresas no son viables.

La salud financiera es la clave para hacer crecer cualquier negocio, ya que permite contar con la capacidad de ejecución y funcionamiento óptimo de las actividades empresariales, mantener los procesos operativos, continuar con la compra de materia prima para producir y realizar inversiones en infraestructura.

Se debe mantener el control de los recursos para que siempre estén orientados a agregar valor a los productos y servicios. Asimismo, contar con saldo en las cuentas para afrontar situaciones imprevistas y ofrecer respuestas ágiles para impulsar acciones estratégicas que impulsen los negocios hacia un crecimiento rentable y sostenido.

Los cambios que se produzcan hacia el futuro deberán contar también con un enfoque de resiliencia organizacional que abarque desde las estrategias de liderazgo, hasta la forma en que operan las empresas a través de su gente y tecnología, para incrementar la productividad a través del compromiso del talento humano y para ser capaces de planear, enfrentar y absorber el estrés financiero y operativo, recuperarse y seguir siendo competitivas.

Debido a que la emergencia sanitaria continúa, las empresas deben adaptarse y reinventarse constantemente para cumplir con sus obligaciones y ahorrar e invertir para impulsar su crecimiento.