/ miércoles 16 de septiembre de 2020

El engaño y el circo

El presidente Andrés Manuel López Obrador declara con insistencia que su fuerte no es la venganza.

¿Hasta a dónde llevaría a México, si reconociera que es un gobernante vengativo? En dos años de administración ha polarizado a una nación.

De entrada pretende juzgar a los expresidentes. ¿La razón? Argumenta que el pueblo se lo pidió.

Pero ese pueblo, disfrazado de militantes de Morena, hizo intentos infructuosos por recabar las firmas necesarias para hacer la petición respectiva.

Resulta que el presidente por quien votaron 30 millones de mexicanos y que dice que cuenta con una aceptación del 70% de la población, sólo pudo alentar a un millón de personas para cumplir su capricho.

De ahí que al no cumplirse el requisito de las firmas, usó sus facultades para enviar la petición al Senado de la República la mañana de este lunes.

Sin embargo de inmediato le respondió su principal adversario Felipe Calderón: “Si tiene pruebas fundadas contra mí, que vaya hoy y las presente ante el Fiscal, sin necesidad de consulta”.

“Pero si no tiene pruebas y ni acusaciones específicas, no hay consulta ni votación que valga, debe dejar de hostigarme y respetar mis derechos como cualquier ciudadano”.

Tajante, Calderón -a fin de cuentas abogado-, fundamentó: la petición de consulta de juicio a los expresidentes es violatoria de las garantías elementales; presunción de inocencia, debido proceso legal, justicia por tribunal independiente, investigación exclusiva del Ministerio Público, protección de vida, honra y dignidad.

Se trata -abundó Calderón vía Twitter- de un acto corruptor de la justicia, pues ejerce una presión abrumadora e indebida sobre fiscales y juzgadores, a través de la manipulación de la opinión pública, con utilización de los recursos públicos. Una clara muestra de persecución política y abuso de poder.

Está confundiendo la República con un circo romano. En lugar de acudir con pruebas a la fiscalía, pregunta a la multitud si se condena o perdona a inocentes, mostrando un dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo. Un retroceso de miles de años en materia de justicia”.

Días antes, el ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, argumentó que es inconstitucional someter a consulta a los exmandatarios.

Señaló que el artículo 35 de la Constitución, establece: “no podrá ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos, ni las garantías para su protección”.

“Someter a consulta si se debe juzgare a una persona es afectar el derecho a la presunción de inocencia y violentar el debido proceso.

“Además, la consulta popular sólo puede realizarse el primer domingo de agosto, según la reforma promovida por López Obrador, y no el día de la elección”, explicó Ugalde.

Incluso, organizar una segunda elección en 2021, dos meses después de los comicios federales, tendría un costo de cientos de millones de pesos a cargo del presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE), lo cual difícilmente sucederá.

Más aún -citó el especialista-, la consulta no procede salvo en el caso de Enrique Peña Nieto; en el resto de los ex presidentes cualquier delito cometido ya prescribió.

Luego entonces, ¿por qué la necedad de enjuiciar a los expresidentes? ¿Acaso se le olvida al presidente que su mandato concluirá dentro de cuatro años -o en 2022-, y en su caso hay elementos de sobra para ser enjuiciado?

Por lo pronto el engaño le ha resultado como distractor ante la pandemia. Algo similar sucedió con la rifa del avión que nadie se sacó.

Después del “grito” el presidente despertará y el avión seguirá ahí.

PROSPECCIÓN… Para colofón, el expresidente Felipe Calderón subió a su cuenta de Twitter, el vídeo de cuando pronunció el grito del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, con fecha de hace 10 años.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.con.mx


El presidente Andrés Manuel López Obrador declara con insistencia que su fuerte no es la venganza.

¿Hasta a dónde llevaría a México, si reconociera que es un gobernante vengativo? En dos años de administración ha polarizado a una nación.

De entrada pretende juzgar a los expresidentes. ¿La razón? Argumenta que el pueblo se lo pidió.

Pero ese pueblo, disfrazado de militantes de Morena, hizo intentos infructuosos por recabar las firmas necesarias para hacer la petición respectiva.

Resulta que el presidente por quien votaron 30 millones de mexicanos y que dice que cuenta con una aceptación del 70% de la población, sólo pudo alentar a un millón de personas para cumplir su capricho.

De ahí que al no cumplirse el requisito de las firmas, usó sus facultades para enviar la petición al Senado de la República la mañana de este lunes.

Sin embargo de inmediato le respondió su principal adversario Felipe Calderón: “Si tiene pruebas fundadas contra mí, que vaya hoy y las presente ante el Fiscal, sin necesidad de consulta”.

“Pero si no tiene pruebas y ni acusaciones específicas, no hay consulta ni votación que valga, debe dejar de hostigarme y respetar mis derechos como cualquier ciudadano”.

Tajante, Calderón -a fin de cuentas abogado-, fundamentó: la petición de consulta de juicio a los expresidentes es violatoria de las garantías elementales; presunción de inocencia, debido proceso legal, justicia por tribunal independiente, investigación exclusiva del Ministerio Público, protección de vida, honra y dignidad.

Se trata -abundó Calderón vía Twitter- de un acto corruptor de la justicia, pues ejerce una presión abrumadora e indebida sobre fiscales y juzgadores, a través de la manipulación de la opinión pública, con utilización de los recursos públicos. Una clara muestra de persecución política y abuso de poder.

Está confundiendo la República con un circo romano. En lugar de acudir con pruebas a la fiscalía, pregunta a la multitud si se condena o perdona a inocentes, mostrando un dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo. Un retroceso de miles de años en materia de justicia”.

Días antes, el ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, argumentó que es inconstitucional someter a consulta a los exmandatarios.

Señaló que el artículo 35 de la Constitución, establece: “no podrá ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos, ni las garantías para su protección”.

“Someter a consulta si se debe juzgare a una persona es afectar el derecho a la presunción de inocencia y violentar el debido proceso.

“Además, la consulta popular sólo puede realizarse el primer domingo de agosto, según la reforma promovida por López Obrador, y no el día de la elección”, explicó Ugalde.

Incluso, organizar una segunda elección en 2021, dos meses después de los comicios federales, tendría un costo de cientos de millones de pesos a cargo del presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE), lo cual difícilmente sucederá.

Más aún -citó el especialista-, la consulta no procede salvo en el caso de Enrique Peña Nieto; en el resto de los ex presidentes cualquier delito cometido ya prescribió.

Luego entonces, ¿por qué la necedad de enjuiciar a los expresidentes? ¿Acaso se le olvida al presidente que su mandato concluirá dentro de cuatro años -o en 2022-, y en su caso hay elementos de sobra para ser enjuiciado?

Por lo pronto el engaño le ha resultado como distractor ante la pandemia. Algo similar sucedió con la rifa del avión que nadie se sacó.

Después del “grito” el presidente despertará y el avión seguirá ahí.

PROSPECCIÓN… Para colofón, el expresidente Felipe Calderón subió a su cuenta de Twitter, el vídeo de cuando pronunció el grito del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, con fecha de hace 10 años.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.con.mx