/ miércoles 22 de enero de 2020

El Dr. Pablo Sandoval Cruz

“Un dirigente social extraordinario” fue como el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se refirió ayer al enterarse del fallecimiento de uno de los personajes que merecen estar en la historia de nuestra nación: el Dr. Pablo Sandoval Cruz.

Guerrerense destacado, médico politécnico e ideólogo, Pablo Sandoval fue reconocido por propios y extraños como un gran luchador social, que lo mismo daba consultas gratuitas a personas de escasos recursos, que escribía libros y apoyaba movimientos sociales, principalmente con sindicatos y universidades. Pero lo que mayormente le reconocemos todos, es la notable inteligencia, congruencia, ética, y justa medianía con la que vivió por más de 100 años, 101, para ser exactos.

Y eso se nota por el enorme cariño y afecto que le demostraban sus paisanos en Chilpancingo y en todo el estado de Guerrero, así como en el país. Y también por la herencia y lo que inculcó a los que llevaban y llevan su sangre. Tuve el privilegio hace 25 años, en mis épocas de universitario, de conocer a su hijo, Pablo Sandoval Ramírez (†), quien fue el primer político de oposición en presidir el Congreso mexicano en 1997, y padre de uno de mis mejores amigos, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, economista destacado, dirigente e intelectual, que actualmente trabaja como delegado del Gobierno Federal en el estado de Guerrero. También conviví y conocí a otro de sus hijos, Cuauhtémoc Sandoval Ramírez (†) ex Senador, Diputado Federal, destacado internacionalista, político y columnista, quien también hacía honor al apellido.

Su nieta, la Dra. Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, Secretaria de la Función Pública describió de la forma más precisa el fallecimiento del Dr. Sandoval “después de más de 100 años de lucha, amor revolucionario y entrega a la Patria, llega a su fin la vida de un referente indiscutible de la ética de izquierda en México. Hasta siempre Papá grande, abuelo querido”.

Mi pésame, abrazo y solidaridad para sus nietos Amílcar, Irma Eréndira, Netzaí, Moisés, y amistades y familiares de este gran luchador social. Que en paz descanse.

“Un dirigente social extraordinario” fue como el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se refirió ayer al enterarse del fallecimiento de uno de los personajes que merecen estar en la historia de nuestra nación: el Dr. Pablo Sandoval Cruz.

Guerrerense destacado, médico politécnico e ideólogo, Pablo Sandoval fue reconocido por propios y extraños como un gran luchador social, que lo mismo daba consultas gratuitas a personas de escasos recursos, que escribía libros y apoyaba movimientos sociales, principalmente con sindicatos y universidades. Pero lo que mayormente le reconocemos todos, es la notable inteligencia, congruencia, ética, y justa medianía con la que vivió por más de 100 años, 101, para ser exactos.

Y eso se nota por el enorme cariño y afecto que le demostraban sus paisanos en Chilpancingo y en todo el estado de Guerrero, así como en el país. Y también por la herencia y lo que inculcó a los que llevaban y llevan su sangre. Tuve el privilegio hace 25 años, en mis épocas de universitario, de conocer a su hijo, Pablo Sandoval Ramírez (†), quien fue el primer político de oposición en presidir el Congreso mexicano en 1997, y padre de uno de mis mejores amigos, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, economista destacado, dirigente e intelectual, que actualmente trabaja como delegado del Gobierno Federal en el estado de Guerrero. También conviví y conocí a otro de sus hijos, Cuauhtémoc Sandoval Ramírez (†) ex Senador, Diputado Federal, destacado internacionalista, político y columnista, quien también hacía honor al apellido.

Su nieta, la Dra. Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, Secretaria de la Función Pública describió de la forma más precisa el fallecimiento del Dr. Sandoval “después de más de 100 años de lucha, amor revolucionario y entrega a la Patria, llega a su fin la vida de un referente indiscutible de la ética de izquierda en México. Hasta siempre Papá grande, abuelo querido”.

Mi pésame, abrazo y solidaridad para sus nietos Amílcar, Irma Eréndira, Netzaí, Moisés, y amistades y familiares de este gran luchador social. Que en paz descanse.