Concluyeron las campañas políticas en todo el país, en un ambiente plagado de violencia, crímenes, intimidaciones y agresiones tanto físicas como verbales.
Lo que queda en el aire es un proceso de 266 días de tensión e incertidumbre, como pocas veces sucedió en el pasado reciente.
A escena entró un Presidente violentador de todas las normas electorales que prohibían sus constantes irrupciones en el proceso electoral.
¿Por qué lo hizo? ¿Para sembrar discordia? Para dividir a los mexicanos, está más que claro. ¿Esa es la transformación prometida?
El resultado hasta antes de la elección del domingo 6 de junio, fue un saldo de 782 agresiones a candidatos y políticos.
Según el Instituto Nacional Electoral (INE) el Presidente violó la veda electoral en 29 de 36 conferencias.
Lo hizo para defender a sus candidatos y a Morena, pero sobre todo para atacar a sus adversarios.
Fue casi al final de la etapa de campaña que el organismo le interpuso al Presidente una “tutela preventiva” consistente en ordenarle abstenerse de hablar de las campañas en sus conferencias.
Pero las cosas no llegaron a más, y al mandatario poco o nada le importó respetar las normas, leyes y reglamentos que rigen el proceso electoral.
En ese contexto le causó escozor y enojo, la portada publicada en The Economist, donde López Obrador aparece con la leyenda “El falso mesías”.
Días después, el influyente diario francés Le Monde, señaló que la “hiperpresidencia” que ostenta el mandatario, interfiere en las elecciones.
Casi de manera paralela, un grupo de intelectuales, académicos, periodistas y empresarios, entre otros, urgieron a terminar con el abuso del poder, la demagogia y la Presidencia autocrática.
Al final del periodo de campañas, el Presidente hizo un tímido llamado a la unidad y a defender el voto, al tiempo que rechazó su compra.
Pero como era de esperarse no encontró eco entre la clase política, que por el contrario cuestionó sus fallidas decisiones.
Y no es para menos, quien iba a transformar, modernizar y actualizar las instituciones, se convirtió en su destructor.
PROSPECCIÓN… Este martes 1 de junio, México acumuló 227 mil 840 muertes por COVID-19; cifra que incluyó 4 mil 272 fallecimientos más que el día anterior. Además, las autoridades de salud, reportaron 2 millones 605 mil 303 casos estimados de la enfermedad. Con base en dichas cifras, México ocupa el decimoquinto lugar mundial en número de contagios y el cuarto puesto como el país con más decesos por la pandemia, detrás de Estados Unidos, Brasil y la India, según la Universidad estadounidense Johns Hopkins.
Twitter: @JoelSaucedo