Durante las recientes ceremonias gubernamentales con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, muchos fueron los compromisos para que las agresiones contra ellas no sean una práctica cotidiana en todas las esferas de la sociedad. En el Estado de México existen dos alertas de género, una por feminicidios y otra por desaparición de mujeres. La primera lleva más de cuatro años y la segunda se decretó apenas en este año, pero ambas son igual de nocivas y requieren resultados concretos. Más allá de los discursos oficiales, el verdadero resultado (que además será una grandiosa noticia) es que alguno de los municipios enlistados en las alertas de género salga de esa emergencia. En ese desafío está Tlalnepantla, según lo ha dicho el alcalde Raciel Pérez Cruz, quien afirmó que es urgente eliminar cualquier agresión contra las mujeres y buscar la vía de su empoderamiento, acabando para ello con el feminicidio. Aseguró que su administración aplica acciones para que las mujeres puedan ejercer su derecho a una vida libre de violencia. El reto es que las mujeres de Tlalnepantla puedan transitar libres, sin miedo, con plena seguridad por las calles y tengan los mismos derechos y oportunidades que los hombres. El munícipe expresó que “muy pronto levantaremos una bandera blanca porque las acciones de este gobierno estén encaminados al empoderamiento, a erradicar la violencia contra las mujeres y para que nunca más tengamos que lamentar otro feminicidio”.
A RENGLÓN SEGUIDO
DESASTROSO fin de año se pronostica en Ecatepec, pues empleados sindicalizados –que el pasado lunes sitiaron el palacio municipal- advirtieron que el alcalde de Morena, Fernando Vilchis Contreras, está intentando manipular información ante la opinión pública, con versiones en las que pretende hacer ver a los trabajadores como buitres, cuando los abusos mayores –dijeron- están en el equipo cercano del alcalde. A ver en qué termina el forcejeo de intereses, pues las posturas prepotentes son las de cada cambio de gobierno… HUNDIDO en el fondo de la bancarrota, el otrora emblemático edificio del PRI en Naucalpan, que fuera uno de los más importantes en el Valle de México, luce en penumbras y olvidado. El sentir de la militancia de “hueso colorado” es que se lo acabaron y lo hicieron añicos, pues el partido tiene numerables pasivos y carece de rumbo.
rreportero@yahoo.com.mx
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