/ domingo 9 de mayo de 2021

El amarillo que sabe a verde

Hace apenas un par de días, la jefa de gobierno anunció que en la capital mexicana cambiará el semáforo de naranja a amarillo, después de casi quince meses de estar entre rojo y naranja, pero las condiciones por las que se modificó la alerta aún son inciertas para muchos de los ciudadanos que piensan que se trata de una medida nada más para desviar la atención de la tragedia del Metro.

Y es que ahora coincide el cambio del semáforo con una de las celebraciones que mayor derrama económica deja, el Día de las Madres, no es que uno esté en contra, pero el decir que ya hay menos peligro es un tanto irresponsable, pues aún siguen los contagios, ya que de sobra sabemos que mucha gente ya lo verá como verde y querrá salir a todos lados.

Si bien es muy necesario para la economía que los negocios abran y reciban a los clientes que durante más de un año no recibieron, aún no es momento de abrir toda la economía y no es cosa de no querer que la gente tenga sustento, es que precisamente hay quien verá este amarillo como verde y relajará al máximo las medidas sanitarias.

Y es que es algo que Sabemos que va a suceder, ya lo vimos en meses pasados, es un hecho que la gente está harta de estar en casa y es un hecho que mucha gente se ha cuidado, pero también hay mucha que después de tanto tiempo aún cree que como ellos se cuidan no les va a pasar nada, que la familia se cuida y una reunión no va a hacer que se contagien.

De sobra sabemos el peligro que representa el cambio de semáforo, pero pareciera que no se debe a la baja en contagios, sino a la firme intención de desviar la atención del percance ocurrido en el Metro apenas esta semana, pareciera o hacen parecer que es mejor que salgan de sus casas a que se queden y cuestionen por los responsables del percance que dejó más de 25 muertos u decenas de heridos.

Para los malpensados, el cambio del semáforo es para que se deje de exigir justicia para las víctimas, y por supuesto, que se deje de cuestionar al gobierno por renuncias de responsables de área que pudieran entorpecer las investigaciones, o peor aún para no cuestionar que quienes tendrían que estar fuera del servicio público, continúan en cargos poderosos en la 4T.

Tal pareciera que se trata de una cortina de humo, de estas que tanto criticaban a los gobiernos neoliberales, tal pareciera que quieren dar carpetazo al tema de la Línea Dorada, como desde hace unos años lo han venido haciendo, tal parece que saben quién lanzó la piedra, pero insisten en esconderle la mano, insisten que no son iguales a los anteriores y tienen mucha razón. Son peores.

Hace apenas un par de días, la jefa de gobierno anunció que en la capital mexicana cambiará el semáforo de naranja a amarillo, después de casi quince meses de estar entre rojo y naranja, pero las condiciones por las que se modificó la alerta aún son inciertas para muchos de los ciudadanos que piensan que se trata de una medida nada más para desviar la atención de la tragedia del Metro.

Y es que ahora coincide el cambio del semáforo con una de las celebraciones que mayor derrama económica deja, el Día de las Madres, no es que uno esté en contra, pero el decir que ya hay menos peligro es un tanto irresponsable, pues aún siguen los contagios, ya que de sobra sabemos que mucha gente ya lo verá como verde y querrá salir a todos lados.

Si bien es muy necesario para la economía que los negocios abran y reciban a los clientes que durante más de un año no recibieron, aún no es momento de abrir toda la economía y no es cosa de no querer que la gente tenga sustento, es que precisamente hay quien verá este amarillo como verde y relajará al máximo las medidas sanitarias.

Y es que es algo que Sabemos que va a suceder, ya lo vimos en meses pasados, es un hecho que la gente está harta de estar en casa y es un hecho que mucha gente se ha cuidado, pero también hay mucha que después de tanto tiempo aún cree que como ellos se cuidan no les va a pasar nada, que la familia se cuida y una reunión no va a hacer que se contagien.

De sobra sabemos el peligro que representa el cambio de semáforo, pero pareciera que no se debe a la baja en contagios, sino a la firme intención de desviar la atención del percance ocurrido en el Metro apenas esta semana, pareciera o hacen parecer que es mejor que salgan de sus casas a que se queden y cuestionen por los responsables del percance que dejó más de 25 muertos u decenas de heridos.

Para los malpensados, el cambio del semáforo es para que se deje de exigir justicia para las víctimas, y por supuesto, que se deje de cuestionar al gobierno por renuncias de responsables de área que pudieran entorpecer las investigaciones, o peor aún para no cuestionar que quienes tendrían que estar fuera del servicio público, continúan en cargos poderosos en la 4T.

Tal pareciera que se trata de una cortina de humo, de estas que tanto criticaban a los gobiernos neoliberales, tal pareciera que quieren dar carpetazo al tema de la Línea Dorada, como desde hace unos años lo han venido haciendo, tal parece que saben quién lanzó la piedra, pero insisten en esconderle la mano, insisten que no son iguales a los anteriores y tienen mucha razón. Son peores.

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