/ martes 7 de julio de 2020

El 2021, prueba de fuego para Morena

Al interior de Morena hay un temor fundado por el hecho de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no aparecerá en las boletas en 2021.

Esa preocupación es notablemente marcada, incluso con alcaldes y legisladores que tienen la mira puesta en la reelección.

Y eso no es para menos, pues es conocido que durante la elección del 2018, hubo quienes de plano no hicieron campaña.

A diestra y siniestra presumían el triunfo en la bolsa, pues su candidato López Obrador les hacía el trabajo proselitista.

Pero a un año de las elecciones del 2021, las cosas son diametralmente diferentes.

A lo anterior se le suma, el acelerado desgaste derivado de las erráticas decisiones tomadas durante la pandemia.

Hay que agregar la falta de preparación para el desempeño de altas responsabilidades, pues destacan la falta de experiencia, la ineptitud y nula visión gubernamental.

Por si lo anterior fuera poco, en el partido Morena se libra una guerra civil, pues la lucha encarnizada es de todos contra todos.

Se trata de diversos grupos que buscan tomar el control o influir en las decisiones.

Lo que se viene no es poca cosa, se renovarán 15 gubernaturas y 500 curules en la Cámara de Diputados.

Asimismo, habrá elecciones en 30 entidades para elegir 1,063 diputados locales, así como 1,926 ayuntamientos y juntas municipales.

Esa es la dimensión del proceso electoral que iniciará el próximo mes de septiembre.

Es de esperarse que la disputa interna en Morena, agrave las divisiones y la pelea por los cargos de representación.

A todas luces, no hay otro árbitro que el Presidente de la República, quien al final con seguridad decidirá las candidaturas como en el pasado.

Tres liderazgos importantes buscarán el mejor posicionamiento, porque de eso dependerá su destino rumbo al 2024.

Los más notables por sus aspiraciones, son el siguiente orden: el canciller Marcelo Ebrard; la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum y el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.

Otros grupos, corrientes o tribus, con menor fuerza, pero no menos dañinos para propiciar la división, también buscarán mantenerse en el erario.

En resumidas cuentas, Morena tendrá la prueba de fuego en 2021 sin el apoyo abierto de su creador.

PROSPECCIÓN… A horas de su visita a la Casa Blanca, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se haría la prueba del Covid, un requisito indispensable para el encuentro. “No tengo ínfulas de superioridad”, dijo. “Tenemos que actuar con responsabilidad”, declaró la mañana de ayer. Antes nadie lo convenció de hacerse la prueba, ni siquiera en las giras en plena pandemia.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx


Al interior de Morena hay un temor fundado por el hecho de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no aparecerá en las boletas en 2021.

Esa preocupación es notablemente marcada, incluso con alcaldes y legisladores que tienen la mira puesta en la reelección.

Y eso no es para menos, pues es conocido que durante la elección del 2018, hubo quienes de plano no hicieron campaña.

A diestra y siniestra presumían el triunfo en la bolsa, pues su candidato López Obrador les hacía el trabajo proselitista.

Pero a un año de las elecciones del 2021, las cosas son diametralmente diferentes.

A lo anterior se le suma, el acelerado desgaste derivado de las erráticas decisiones tomadas durante la pandemia.

Hay que agregar la falta de preparación para el desempeño de altas responsabilidades, pues destacan la falta de experiencia, la ineptitud y nula visión gubernamental.

Por si lo anterior fuera poco, en el partido Morena se libra una guerra civil, pues la lucha encarnizada es de todos contra todos.

Se trata de diversos grupos que buscan tomar el control o influir en las decisiones.

Lo que se viene no es poca cosa, se renovarán 15 gubernaturas y 500 curules en la Cámara de Diputados.

Asimismo, habrá elecciones en 30 entidades para elegir 1,063 diputados locales, así como 1,926 ayuntamientos y juntas municipales.

Esa es la dimensión del proceso electoral que iniciará el próximo mes de septiembre.

Es de esperarse que la disputa interna en Morena, agrave las divisiones y la pelea por los cargos de representación.

A todas luces, no hay otro árbitro que el Presidente de la República, quien al final con seguridad decidirá las candidaturas como en el pasado.

Tres liderazgos importantes buscarán el mejor posicionamiento, porque de eso dependerá su destino rumbo al 2024.

Los más notables por sus aspiraciones, son el siguiente orden: el canciller Marcelo Ebrard; la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum y el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.

Otros grupos, corrientes o tribus, con menor fuerza, pero no menos dañinos para propiciar la división, también buscarán mantenerse en el erario.

En resumidas cuentas, Morena tendrá la prueba de fuego en 2021 sin el apoyo abierto de su creador.

PROSPECCIÓN… A horas de su visita a la Casa Blanca, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se haría la prueba del Covid, un requisito indispensable para el encuentro. “No tengo ínfulas de superioridad”, dijo. “Tenemos que actuar con responsabilidad”, declaró la mañana de ayer. Antes nadie lo convenció de hacerse la prueba, ni siquiera en las giras en plena pandemia.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx