La masacre de Torreón enciende los focos rojos respecto a la formación que tienen nuestros niños y adolescentes, el entorno en que se desarrollan y las figuras de respeto a seguir con que cuentan.
Todo esto, porque las preguntas con respecto al adolescente que disparó dentro de su escuela aumentan cada día, y pese a que detengan al abuelo, porque de él serían las armas, todo será especulación, pues el que puede responder se mató.
Ahora, salen las autoridades educativas a decir que se reactivan programas como Mochila Segura y hasta operativos con binomios caninos para tatar de detectar droga o armas entre los estudiantes.
En tanto el titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma sale a decir que se buscará la integración familiar, para fortalecer la seguridad de las niñas y niños.
Esto implica que buscarán un acercamiento entre escuela, padres de familia y alumnos, un acercamiento donde los padres convivan con sus hijos en las tareas escolares.
Puede ser que esto funcione, ahora solo falta que estos padres tengan el tiempo para realizar estas tareas, toda vez que la dinámica social en que nos desarrollamos un importante número de padres trabajan ambos, y en muchos casos la custodia es compartida.
No son pocas las ocasiones en que se ha tratado de educar a los padres, sin embargo, este parece un caso que debe ir más allá, pues tiene que ver con el entorno en que vivía este menor, pues a decir de un especialista en armas, la edad que se maneja tendrían ya la fuerza para disparar este tipo de armas.
Pero, falta saber si fue adiestrado para accionar un arma, ya que uno de los calibres usados no es común y en todo caso podría haber un policía en la familia, lo que quedaría desvelado esta noche, luego que se ha dado a conocer que fue detenido el abuelo del menor.
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