Se ha ido un hombre brillante, congruente, actuante, como los que está necesitando tanto nuestro país. El lunes 12 de octubre de este año falleció el 27º Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. Muchos no tuvimos oportunidad de despedirlo personalmente por las medidas de sana distancia que se han impuesto debido a la pandemia que nos azota.
Durante ocho años llevó acertadamente el timón de la UNAM, 1973-1981. En su rectorado se crearon las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales y se expandió la infraestructura para la investigación en la Ciudad Universitaria.
En la UNAM, fue director del Instituto de Investigaciones Biomédicas, Coordinador de la Investigación Científica y rector por dos períodos. En la administración pública, entre otras relevantes funciones, ocupó el cargo de coordinador de los Servicios de Salud de la Presidencia de la República, y Secretario de Salud.
Fue autor o coautor de 18 libros, 51 contribuciones en libros y 30 presentaciones, prólogos o introducciones de libros; tiene 139 trabajos publicados; contó con 92 contribuciones en congresos en el país, 22 en el extranjero; dictó 293 conferencias o ciclos en el país y 55 en el extranjero.
Recibió el Premio de la Academia de Investigación Científica; el premio Elías Sourasky; el premio Luis Elizondo del ITESM; el Premio Nacional de Ciencias y Artes; el Premio Abraham Horwitz de la OPS; el reconocimiento al Mérito Médico. Fue doctor Honoris Causa de las Universidades Autónoma de Guadalajara, Autónoma del Estado de Morelos, Oviedo, Nacional Autónoma de México, Salamanca, Tel Aviv y Wisconsin.
Realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM. Después, también en la UNAM, obtuvo el grado de doctor en Fisiología por la Universidad de Wisconsin; fue investigador en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, en el Centro de Fijación del Nitrógeno, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM. Fue profesor invitado de diversas universidades del país.
En el cuerpo de docentes e investigadores de la UNAM, el Doctor Guillermo Soberón dejó un numeroso personal que sigue su ejemplo en beneficio del país. Las nuevas generaciones de universitarios tienen en él una guía clara y certera. Una nueva estrella brilla refulgente entre los luceros. josedavalosmorales@yahoo.com.mx
