/ viernes 9 de agosto de 2019

Discursos de odio

Discursos de odio

Los presidentes de México y Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, respectivamente, se mantienen en campaña y, siembran odio con un discurso de descalificaciones y ataques a sus adversarios, a todo aquel que tenga una postura distinta.

Hay que recordar que, el 42 % de las armas del mundo se encuentran en EU, donde se registra el mayor número de masacres masivas.

Paz Consuelo Márquez Padilla, investigadora y exdirectora del CISAN-UNAM, alertó que el racismo está presente en todos los países, y en EU la polarización ya existía antes de la llegada de su actual presidente a la Casa Blanca. No obstante, los líderes políticos deberían evitarla, pues “una vez que se alimenta, ya no se puede controlar”. Hoy, el uso de las redes sociales amplifica los mensajes de odio y discriminación, por lo que “los mexicanos debemos estar preparados”.

El estadounidense Trump está en una abierta campaña reeleccionista ha “normalizado” un discurso de odio, racista y xenófobo, que sin lugar a duda fue uno de los detonantes de la matanza de El Paso, Texas. El asesino, en definitiva enarboló las banderas de su presidente, de culpar a los mexicanos y la migración de los problemas en la Unión Americana, cuando en realidad los latinos son parte de la fortaleza de la economía de esa nación.

México debería contestarle a él, directo; sin embargo, López Obrador dispuso de la llamada Guardia Nacional para crear “un muro” militar que detenga la migración, tanto en la frontera sur, como norte de México, para hacerle el trabajo sucio a Trump.

En territorio mexicano no se ha llegado a los extremos estadounidenses, pero, López Obrador práctica un discurso que divide y polariza a la sociedad, descalifica, se burla y etiqueta a todo aquel que disiente de sus planteamientos.

Ahora estamos ante el inicio de una tendencia en EU del uso de la violencia física, el tiroteo en El Paso, Texas, es resultado del racismo y xenofobia contra mexicanos. Hay que decirlo claramente.

Textualmente hay que decirlo: Y fue suficiente; basta. En México y los Estados Unidos debemos ser cuidadosos de no construir y exacerbar los nacionalismos, que son la primera puerta para generar diferencias. Sembrar un discurso de odio, lleva a cosechar crímenes de fanáticos. Trump y López Obrador deben dar un viraje a sus campañas con discursos que lleven a soluciones reales. Ponerse a trabajar en lugar de culpar a otros de lo que dejan de hacer.

En Twitter @TXTUALes

Discursos de odio

Los presidentes de México y Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, respectivamente, se mantienen en campaña y, siembran odio con un discurso de descalificaciones y ataques a sus adversarios, a todo aquel que tenga una postura distinta.

Hay que recordar que, el 42 % de las armas del mundo se encuentran en EU, donde se registra el mayor número de masacres masivas.

Paz Consuelo Márquez Padilla, investigadora y exdirectora del CISAN-UNAM, alertó que el racismo está presente en todos los países, y en EU la polarización ya existía antes de la llegada de su actual presidente a la Casa Blanca. No obstante, los líderes políticos deberían evitarla, pues “una vez que se alimenta, ya no se puede controlar”. Hoy, el uso de las redes sociales amplifica los mensajes de odio y discriminación, por lo que “los mexicanos debemos estar preparados”.

El estadounidense Trump está en una abierta campaña reeleccionista ha “normalizado” un discurso de odio, racista y xenófobo, que sin lugar a duda fue uno de los detonantes de la matanza de El Paso, Texas. El asesino, en definitiva enarboló las banderas de su presidente, de culpar a los mexicanos y la migración de los problemas en la Unión Americana, cuando en realidad los latinos son parte de la fortaleza de la economía de esa nación.

México debería contestarle a él, directo; sin embargo, López Obrador dispuso de la llamada Guardia Nacional para crear “un muro” militar que detenga la migración, tanto en la frontera sur, como norte de México, para hacerle el trabajo sucio a Trump.

En territorio mexicano no se ha llegado a los extremos estadounidenses, pero, López Obrador práctica un discurso que divide y polariza a la sociedad, descalifica, se burla y etiqueta a todo aquel que disiente de sus planteamientos.

Ahora estamos ante el inicio de una tendencia en EU del uso de la violencia física, el tiroteo en El Paso, Texas, es resultado del racismo y xenofobia contra mexicanos. Hay que decirlo claramente.

Textualmente hay que decirlo: Y fue suficiente; basta. En México y los Estados Unidos debemos ser cuidadosos de no construir y exacerbar los nacionalismos, que son la primera puerta para generar diferencias. Sembrar un discurso de odio, lleva a cosechar crímenes de fanáticos. Trump y López Obrador deben dar un viraje a sus campañas con discursos que lleven a soluciones reales. Ponerse a trabajar en lugar de culpar a otros de lo que dejan de hacer.

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