/ sábado 30 de julio de 2022

Disco Duro | Recuperación de piezas arqueológicas


Por Alejandro Jiménez

Una de las campañas más exitosas del gobierno federal es la que recupera piezas arqueológicas que andan vendiéndose en subastas por el mundo y en colecciones privadas, seguramente mal habidas, pues no pudieron, bajo ninguna circunstancia ser comercializadas. La corrupción y la criminalidad permitieron que salieran del país en la ilegalidad.

“Se está recuperando patrimonio arqueológico y cultural de México en el extranjero con la campaña que se ha iniciado. Miles de piezas arqueológicas que se habían robado, adquirido en subastas, ahora se están recuperando. Estamos fortaleciendo nuestro patrimonio histórico y cultural”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera de este martes.

Y ciertamente los números impresionan:

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hizo el recuento y señaló que suman ya 8 mil 970 piezas recuperadas a la fecha. Es decir, que en tres años y medio se ha logrado regresar a México 55% más de objetos culturales que en todo el sexenio anterior.

Por ejemplo, el consulado de México en Barcelona recuperó 2 mil 522 piezas arqueológicas que estaban en posesión de una familia, quien accedió a devolverlas de manera voluntaria. Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo que el 11 de julio llegaron a México 19 cajas que contenían esos objetos o fragmentos de carácter histórico o arqueológico que ya se encuentran bajo la custodia del INAH en el Museo del Templo Mayor.

Asimismo, se han logrado detener algunas subastas (no todas) de piezas arqueológicas mexicanas. Para no ir más lejos, el año pasado las autoridades italianas suspendieron la subasta de la casa Bertolami Fine Ars, con sede en Roma, consistente en 17 piezas arqueológicas que el gobierno mexicano reclamó.

Este año se detuvo la subasta de una pieza del catálogo de la Galería Zacke, y una más en Bélgica, en la Casa Carlo Bonte Auction.

Quien tiene piezas arqueológicas de cualquier cultura en el mundo sabe que su origen no pudo ser legítimo y que su comercialización es un delito. El de los “coleccionistas” es un ámbito donde todos se hacen de la vista gorda y se engañan diciendo que todo es legal. Falso.

El saqueo de zonas arqueológicas en el mundo, si bien es histórico, no es ético: lo más importante del patrimonio egipcio está en Londres y Nueva York, por ejemplo. Las tumbas de los faraones fueron saqueadas inmisericordemente desde hace siglos y las piezas que por ahí andan rondando tienen ese origen.

Las piezas forman parte de la historia de cada nación y no deben estar fuera de su lugar de origen, salvo de manera temporal y para efectos educativos.

México es rico en esta materia y es correcto que exista esta cruzada por la recuperación de nuestro patrimonio y por la criminalización de subastas o actos públicos o privados de comercialización, ya que inhiben, con la sola amenaza de un gobierno de ejercer acciones penales, que se perpetúe el tráfico de nuestro patrimonio. También es pertinente exhortar a coleccionistas privados a devolver por las buenas lo que no es suyo, aunque errónea o “ingenuamente” hayan pagado por él.

Esta cruzada incluye el polémico Penacho de Moctezuma, radicado en Austria, que requiere un pleito aparte, pero que en esencia es el mismo caso de cualquier otra pieza, independientemente de que se tenga registrado que fue un regalo a los europeos. Si está en condiciones de ser trasladado o no, dependería de un peritaje de expertos multinacionales, no sólo austriacos.

Cuando las cosas funcionan bien, también hay que decirlo.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem



Por Alejandro Jiménez

Una de las campañas más exitosas del gobierno federal es la que recupera piezas arqueológicas que andan vendiéndose en subastas por el mundo y en colecciones privadas, seguramente mal habidas, pues no pudieron, bajo ninguna circunstancia ser comercializadas. La corrupción y la criminalidad permitieron que salieran del país en la ilegalidad.

“Se está recuperando patrimonio arqueológico y cultural de México en el extranjero con la campaña que se ha iniciado. Miles de piezas arqueológicas que se habían robado, adquirido en subastas, ahora se están recuperando. Estamos fortaleciendo nuestro patrimonio histórico y cultural”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera de este martes.

Y ciertamente los números impresionan:

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hizo el recuento y señaló que suman ya 8 mil 970 piezas recuperadas a la fecha. Es decir, que en tres años y medio se ha logrado regresar a México 55% más de objetos culturales que en todo el sexenio anterior.

Por ejemplo, el consulado de México en Barcelona recuperó 2 mil 522 piezas arqueológicas que estaban en posesión de una familia, quien accedió a devolverlas de manera voluntaria. Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo que el 11 de julio llegaron a México 19 cajas que contenían esos objetos o fragmentos de carácter histórico o arqueológico que ya se encuentran bajo la custodia del INAH en el Museo del Templo Mayor.

Asimismo, se han logrado detener algunas subastas (no todas) de piezas arqueológicas mexicanas. Para no ir más lejos, el año pasado las autoridades italianas suspendieron la subasta de la casa Bertolami Fine Ars, con sede en Roma, consistente en 17 piezas arqueológicas que el gobierno mexicano reclamó.

Este año se detuvo la subasta de una pieza del catálogo de la Galería Zacke, y una más en Bélgica, en la Casa Carlo Bonte Auction.

Quien tiene piezas arqueológicas de cualquier cultura en el mundo sabe que su origen no pudo ser legítimo y que su comercialización es un delito. El de los “coleccionistas” es un ámbito donde todos se hacen de la vista gorda y se engañan diciendo que todo es legal. Falso.

El saqueo de zonas arqueológicas en el mundo, si bien es histórico, no es ético: lo más importante del patrimonio egipcio está en Londres y Nueva York, por ejemplo. Las tumbas de los faraones fueron saqueadas inmisericordemente desde hace siglos y las piezas que por ahí andan rondando tienen ese origen.

Las piezas forman parte de la historia de cada nación y no deben estar fuera de su lugar de origen, salvo de manera temporal y para efectos educativos.

México es rico en esta materia y es correcto que exista esta cruzada por la recuperación de nuestro patrimonio y por la criminalización de subastas o actos públicos o privados de comercialización, ya que inhiben, con la sola amenaza de un gobierno de ejercer acciones penales, que se perpetúe el tráfico de nuestro patrimonio. También es pertinente exhortar a coleccionistas privados a devolver por las buenas lo que no es suyo, aunque errónea o “ingenuamente” hayan pagado por él.

Esta cruzada incluye el polémico Penacho de Moctezuma, radicado en Austria, que requiere un pleito aparte, pero que en esencia es el mismo caso de cualquier otra pieza, independientemente de que se tenga registrado que fue un regalo a los europeos. Si está en condiciones de ser trasladado o no, dependería de un peritaje de expertos multinacionales, no sólo austriacos.

Cuando las cosas funcionan bien, también hay que decirlo.

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