/ martes 14 de abril de 2020

Dictaduras del pasado

Me encontré el otro día con una de las últimas entrevistas que dio Julio Cortázar.

Ocurrió en Buenos Aires y en diciembre de 1983; el entrevistador era Martín Caparrós. Hablando de la situación política de Argentina, Cortázar recuerda la visita que hizo a su país en 1973, y de repente su voz parece llenarse con la tristeza de las oportunidades desperdiciadas. “Asistí al triunfo electoral de Cámpora y sentí una gran esperanza porque lo que podríamos llamar el ala izquierda del peronismo tenía gente muy valiosa, con planes y ganas de hacer cosas”, dice Cortázar. Lo comento porque pensé era bueno recordar que lo mismo pasó en nuestro querido México, a tal punto que treinta millones de mexicanos creyeron que con AMLO había una posibilidad, un cambio real en la política nacional…pero no. La “administración de la 4ta. transformación” solo regreso a las dictaduras del pasado.

Es una ironía típicamente nuestra —típicamente latinoamericana, quiero decir— que López Obrador lo organiza todo desde su cargo como presidente de México, pero pensando en su imperio como oposición. En ese sentido, el papa Francisco recordó el pasado miércoles que los grandes imperios y las dictaduras del pasado acabaron por colapsar porque "Dios no estaba con ellos", durante la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.

Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes débiles, su pluralismo político es limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias».

Tiene mucha razón el papa cuando afirma que “la fuerza que los hombres tienen en sí mismos no es duradera. No sirve una mirada ideológica que termina usando al pueblo al servicio de otros intereses políticos. Las ideologías terminan mal, no sirven. Las ideologías tienen una relación incompleta o enferma o mala con el pueblo. Las ideologías no asumen al pueblo. Las ideologías piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo”.

Ahora, estamos transitando por el mes 19 del “gobierno” de Andrés Manuel López Obrador y, hasta la fecha, son muchos más los desaciertos y ocurrencias que los cambios, el combate a la corrupción; no tiene personas en la cárcel, la economía nacional transita por una de las peores recesiones y la pandemia exhibe su mala actuación en materia de salud. El hartazgo social llevo a MORENA a la presidencia, pero esa herida sigue abierta en millones de mexicanos en la pobreza, por lo tanto, es un error creer que con dictaduras del pasado se gobierna una nación. México y su población tienen ya conciencia para detener los fantasmas del pasado.

Me encontré el otro día con una de las últimas entrevistas que dio Julio Cortázar.

Ocurrió en Buenos Aires y en diciembre de 1983; el entrevistador era Martín Caparrós. Hablando de la situación política de Argentina, Cortázar recuerda la visita que hizo a su país en 1973, y de repente su voz parece llenarse con la tristeza de las oportunidades desperdiciadas. “Asistí al triunfo electoral de Cámpora y sentí una gran esperanza porque lo que podríamos llamar el ala izquierda del peronismo tenía gente muy valiosa, con planes y ganas de hacer cosas”, dice Cortázar. Lo comento porque pensé era bueno recordar que lo mismo pasó en nuestro querido México, a tal punto que treinta millones de mexicanos creyeron que con AMLO había una posibilidad, un cambio real en la política nacional…pero no. La “administración de la 4ta. transformación” solo regreso a las dictaduras del pasado.

Es una ironía típicamente nuestra —típicamente latinoamericana, quiero decir— que López Obrador lo organiza todo desde su cargo como presidente de México, pero pensando en su imperio como oposición. En ese sentido, el papa Francisco recordó el pasado miércoles que los grandes imperios y las dictaduras del pasado acabaron por colapsar porque "Dios no estaba con ellos", durante la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.

Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes débiles, su pluralismo político es limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias».

Tiene mucha razón el papa cuando afirma que “la fuerza que los hombres tienen en sí mismos no es duradera. No sirve una mirada ideológica que termina usando al pueblo al servicio de otros intereses políticos. Las ideologías terminan mal, no sirven. Las ideologías tienen una relación incompleta o enferma o mala con el pueblo. Las ideologías no asumen al pueblo. Las ideologías piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo”.

Ahora, estamos transitando por el mes 19 del “gobierno” de Andrés Manuel López Obrador y, hasta la fecha, son muchos más los desaciertos y ocurrencias que los cambios, el combate a la corrupción; no tiene personas en la cárcel, la economía nacional transita por una de las peores recesiones y la pandemia exhibe su mala actuación en materia de salud. El hartazgo social llevo a MORENA a la presidencia, pero esa herida sigue abierta en millones de mexicanos en la pobreza, por lo tanto, es un error creer que con dictaduras del pasado se gobierna una nación. México y su población tienen ya conciencia para detener los fantasmas del pasado.