/ viernes 1 de noviembre de 2019

Desfile de Día de Muertos en la CDMX

Ya está encima el Día de Muertos y con estas fechas algunas actividades que van más allá de honrar a nuestros seres queridos que se adelantaron en el camino, darles una bienvenida como en vida y reflexionar sobre esa delgada línea entre la vida y la muerte, repensar que hay un aquí y más allá, porque como decían en la época prehispánica el Mictán era el nivel inferior, un viaje del alma hasta ser recibido por Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, a la tierra donde era el fin de los pesares.

Sin embargo, esta pequeña parte de la cosmovisión mexica poco a poco desaparece hasta convertir el Día de Muertos en una festividad de color, música y costumbres que poco tienen que ver con los muertos.

Y nadie tiene la culpa, la cultura de cualquier nación se hace de sus costumbres, de las historias contadas de padres y abuelos a hijos, así como aquellas actividades que hacen los hombres cuando migran y mantienen sus raíces.

Por ello es que el Halloween se ha quedado en México como parte de nuestra cultura, una actividad que tiene su origen en la cultura celta, este se celebra la noche del 31 de octubre cuando los espíritus de los muertos visitaban el mundo de los mortales, aunque encendían fogatas para ahuyentar a los malos espíritus; en tanto que iban de casa en casa recogiendo alimentos para ofrendar a sus dioses, lo que terminó en esta actividad que hacen los niños, quienes disfrazados salen a pedir dulces.

Es así que en el crisol donde se mezclan las culturas, se hacen por un lado el Halloween y por otro las ofrendas que en México colocamos para los muertos.

Pero esto no termina aquí, ahora en la Ciudad se hace un recorrido o Desfiles de Día de Muertos, que incluye carros alegóricos, globos y enormes esqueletos, lo que tiene su origen en la mente de quienes produjeron la película de James Bond en 2015, año en que grabaron escenas de esta producción en la capital mexicana, incluido un desfile que luego ha sido retomado por las autoridades de esta Ciudad de México.

Esto no termina aquí, la cultura la hace un pueblo y este es una entidad viva que puede dar un giro en cualquier momento; en tanto hay quienes seguimos en la creencia que nos visitan nuestros muertos y hay que ofrendarles lo que más les gustaba en vida.

Sígueme en twitter @Antoniodemarcel

En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx

Ya está encima el Día de Muertos y con estas fechas algunas actividades que van más allá de honrar a nuestros seres queridos que se adelantaron en el camino, darles una bienvenida como en vida y reflexionar sobre esa delgada línea entre la vida y la muerte, repensar que hay un aquí y más allá, porque como decían en la época prehispánica el Mictán era el nivel inferior, un viaje del alma hasta ser recibido por Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, a la tierra donde era el fin de los pesares.

Sin embargo, esta pequeña parte de la cosmovisión mexica poco a poco desaparece hasta convertir el Día de Muertos en una festividad de color, música y costumbres que poco tienen que ver con los muertos.

Y nadie tiene la culpa, la cultura de cualquier nación se hace de sus costumbres, de las historias contadas de padres y abuelos a hijos, así como aquellas actividades que hacen los hombres cuando migran y mantienen sus raíces.

Por ello es que el Halloween se ha quedado en México como parte de nuestra cultura, una actividad que tiene su origen en la cultura celta, este se celebra la noche del 31 de octubre cuando los espíritus de los muertos visitaban el mundo de los mortales, aunque encendían fogatas para ahuyentar a los malos espíritus; en tanto que iban de casa en casa recogiendo alimentos para ofrendar a sus dioses, lo que terminó en esta actividad que hacen los niños, quienes disfrazados salen a pedir dulces.

Es así que en el crisol donde se mezclan las culturas, se hacen por un lado el Halloween y por otro las ofrendas que en México colocamos para los muertos.

Pero esto no termina aquí, ahora en la Ciudad se hace un recorrido o Desfiles de Día de Muertos, que incluye carros alegóricos, globos y enormes esqueletos, lo que tiene su origen en la mente de quienes produjeron la película de James Bond en 2015, año en que grabaron escenas de esta producción en la capital mexicana, incluido un desfile que luego ha sido retomado por las autoridades de esta Ciudad de México.

Esto no termina aquí, la cultura la hace un pueblo y este es una entidad viva que puede dar un giro en cualquier momento; en tanto hay quienes seguimos en la creencia que nos visitan nuestros muertos y hay que ofrendarles lo que más les gustaba en vida.

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