“Sigo esperando a José Daniel, salió una mañana para ir a trabajar a una tienda departamental, allá por Lindavista. Desde entonces no se sabe nada de él, como si la tierra se lo hubiera tragado; ya son 14 años de intensa búsqueda en la Ciudad de México y regiones aledañas”.
Ese es el testimonio de Lorena, la hermana de José Daniel, una de las 77 mil 771 personas desaparecidas hasta septiembre pasado, de acuerdo con la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.
Detrás de cada uno de estos casos hay historias de años de búsqueda, con la esperanza del hallazgo, al menos, de un cuerpo para velar y para llorar, en un dolor que puede convertirse en eterno.
En los familiares de las personas desaparecidas coexisten la esperanza por el reencuentro con vida y la desesperanza ante la incertidumbre sobre el destino de ese ser querido.
La muerte implica un proceso de duelo que atraviesa por diversas etapas, desde la negación y la ira hasta la confrontación y la aceptación.
El llamado “duelo sin cuerpo” implica una doble preparación para aceptar la condición de ausencia aún sin el conocimiento del destino, pues la incertidumbre no permite cerrar el proceso.
El 81% de las desapariciones de personas se concentran en Jalisco, Guanajuato, Tamaulipas, Ciudad de México, Nuevo León, Sinaloa, Michoacán, Veracruz, Guerrero y Chihuahua.
En los últimos tres años, las investigaciones, búsquedas y estadísticas han comenzado a sistematizarse, con el objetivo de dar certeza a los familiares sobre la importancia que representa conocer el destino de esas personas.
Por muchos años, estuvieron ligadas a detenciones arbitrarias y torturas policiales. Para significar el compromiso de las autoridades, a principios de octubre, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, anunció el proyecto del memorial “Tlaxcoaque: Sitio de Memoria”, a fin de reivindicar y honrar la memoria de quienes fueron llevadas y llevados a los sótanos de lo que fue la antigua Dirección General de Policía y Tránsito.
Desde los organismos de la sociedad civil, como el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México hay una labor de acompañamiento en el proceso de duelo.
La ausencia, por sí misma, representa un dolor para la persona que la padece. Recibir atención es central para asimilarla y continuar con su vida, sin dejar de recordar a la o el ausente.
Este año, en el Consejo Ciudadano hemos brindado mil 370 atenciones psicológicas gratuitas por duelo, el 76% para mujeres, a través de la Línea de Seguridad o el Chat de Confianza 55 5533 5533, que opera 24/7, a todo el país.
Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
