/ domingo 14 de noviembre de 2021

Democracia participativa

Es innegable el avance sustancial que ha tenido la democracia en México en lo que va del sexenio. Además de expedir leyes que dan posibilidad a la ciudadanía de involucrarse más en la vida política del país, se lleva a cabo la transformación de las instituciones de manera estructural.

Vivimos una época sin precedentes, en la cual la simulación de cambio y la corrupción son actos penados. Y si bien los actuales órganos electorales parecen inclinarse hacia cierto sector, protegiendo determinados intereses, ya no están sometidos a la silla presidencial, tienen plena autonomía.

A pesar de los obstáculos por los que ha transitado la sociedad mexicana, la vida nacional vive tiempos pacíficos, los procesos electorales gozan de mayor organización y transparencia, todo gracias a la participación y vigilancia de la ciudadanía. Ahora, la responsabilidad de la democracia no es única de las instituciones, las personas están tomando en sus manos el poder que les corresponde.

La democracia ya no es un sueño revolucionario, es una realidad cada vez más latente porque hoy es representativa y directa. Los derechos políticos de la ciudadanía son ejercidos con mayor ímpetu, se están impulsando iniciativas populares, referéndums y también será posible la revocación de mandato en caso de pérdida de confianza.

Se están asentando importantes precedentes, el poder popular se fortalece y hay una clara voluntad política para hacerlo posible. La democracia plena no puede existir sin justicia social, sin igualdad de oportunidades, sin acceso a la información y muchos otros factores que bajo el actual gobierno se están tomando en cuenta a la hora de legislar.

La democracia en su sentido etimológico tiene dos significados: demos, que significa pueblo y cratos que se entiende como poder o gobierno. Siendo así, democracia en sentido literal significa el gobierno del pueblo. Empero, los gobernantes no son los que tienen el monopolio del poder político, sino que es la ciudadanía la que tiene la facultad de elegir y ser elegida. Y con ejercicios como en las consultas populares en donde la ciudadanía tiene un poder continuo sobre sus representantes y sus decisiones.

Participar en la vida política del país enaltece la soberanía popular y, como dijo Kelsen, la voluntad del pueblo se ve representada en el orden legal del Estado. Así, las leyes serán reflejo de esas voluntades y no capricho de las cúpulas.

Para que exista una verdadera democracia participativa, se debe de considerar el presupuesto procedimental para que se puedan llevar a cabo estos ejercicios. De este modo, las formas de participación complementan a las instituciones existentes y se produce un continuo de procedimientos democráticos que fundamentan y establecen la participación ciudadana.

Twitter: @GabyJimenezMX

Es innegable el avance sustancial que ha tenido la democracia en México en lo que va del sexenio. Además de expedir leyes que dan posibilidad a la ciudadanía de involucrarse más en la vida política del país, se lleva a cabo la transformación de las instituciones de manera estructural.

Vivimos una época sin precedentes, en la cual la simulación de cambio y la corrupción son actos penados. Y si bien los actuales órganos electorales parecen inclinarse hacia cierto sector, protegiendo determinados intereses, ya no están sometidos a la silla presidencial, tienen plena autonomía.

A pesar de los obstáculos por los que ha transitado la sociedad mexicana, la vida nacional vive tiempos pacíficos, los procesos electorales gozan de mayor organización y transparencia, todo gracias a la participación y vigilancia de la ciudadanía. Ahora, la responsabilidad de la democracia no es única de las instituciones, las personas están tomando en sus manos el poder que les corresponde.

La democracia ya no es un sueño revolucionario, es una realidad cada vez más latente porque hoy es representativa y directa. Los derechos políticos de la ciudadanía son ejercidos con mayor ímpetu, se están impulsando iniciativas populares, referéndums y también será posible la revocación de mandato en caso de pérdida de confianza.

Se están asentando importantes precedentes, el poder popular se fortalece y hay una clara voluntad política para hacerlo posible. La democracia plena no puede existir sin justicia social, sin igualdad de oportunidades, sin acceso a la información y muchos otros factores que bajo el actual gobierno se están tomando en cuenta a la hora de legislar.

La democracia en su sentido etimológico tiene dos significados: demos, que significa pueblo y cratos que se entiende como poder o gobierno. Siendo así, democracia en sentido literal significa el gobierno del pueblo. Empero, los gobernantes no son los que tienen el monopolio del poder político, sino que es la ciudadanía la que tiene la facultad de elegir y ser elegida. Y con ejercicios como en las consultas populares en donde la ciudadanía tiene un poder continuo sobre sus representantes y sus decisiones.

Participar en la vida política del país enaltece la soberanía popular y, como dijo Kelsen, la voluntad del pueblo se ve representada en el orden legal del Estado. Así, las leyes serán reflejo de esas voluntades y no capricho de las cúpulas.

Para que exista una verdadera democracia participativa, se debe de considerar el presupuesto procedimental para que se puedan llevar a cabo estos ejercicios. De este modo, las formas de participación complementan a las instituciones existentes y se produce un continuo de procedimientos democráticos que fundamentan y establecen la participación ciudadana.

Twitter: @GabyJimenezMX