/ domingo 15 de marzo de 2020

¿De verdad estaremos listos?

Desde finales del año 2019, la noticia de una mutación del coronavirus que mutó en China y contagió a cientos de miles de ellos empezó a rondar la cabeza de muchos de los mexicanos, quienes compararon las acciones con la de la influenza AH1N1 en los tiempos del Presidente Felipe Calderón.

Empecemos por lo primero, desde entonces, nuestro gobierno aseguró que estamos preparados, pero, preparados en serio, así como que del todo preparados, pues ¿cómo, si es un virus que poco se conocía?, pues con paracetamol del Seguro Social, porque otro tipo de medicamentos, no hay, pero no pasa nada, ya no hay corrupción.

La escasez de medicamentos no es ahorita el punto de estas líneas, ya tendrá su oportunidad, lo que sí nos ocupa es si realmente el gobierno puede aguantar la crisis epidemiológica como dice que puede hacerlo, puesto que lo que opina el Presidente es que andemos de abrazo en abrazo, contra la inseguridad, tal parece que no sabe cuál es la vía de contagio.

Desde que todo esto empezó, el Presidente sólo ha demostrado querer llevar la contraria y buscar llevar al límite las opiniones de los mexicanos y también de sus gobernados, que dicho sea de paso, no es lo mismo, sus gobernados son los que votaron por él y los mexicanos los que no lo hicimos y no tenemos derecho a opinar ni a reclamarle algo.

Investigadores de la UNAM concluyeron que la fase crítica de brote puede comprender entre el 20 y 30 de marzo, y no es porque sean adivinos, es un cálculo basado en las fechas de detecciones de contagios y pruebas positivas. Hasta ahorita México sólo ha presentado casos de importaciones de virus.

Y cómo no lo íbamos a importar si en los aeropuertos se les recibe (literal) con los brazos abiertos a quienes viajan de países con numerosos casos, sin un protocolo claro de revisión, vaya nada más falta que los reciban con alfombra roja y los lleven a sitios masivos. No se trata de victimizar a las personas, se trata de proteger a la población, algo que Andrés no sabe o no quiere hacer.

Es tan simple como pensar que el no tener síntomas no quiere decir que la persona no puede ser portadora del virus, es como el dueño de un gato, él no tiene pelo de gato, pero sí lo llevará en su ropa. Es sentido común, Andrés vio cerrar las fronteras ante una amenaza inminente y decidió no sólo abrir las suyas sino descuidarlas para demostrar que él manda… diría el dicho, ¡no me ayudes compadre!

Desde finales del año 2019, la noticia de una mutación del coronavirus que mutó en China y contagió a cientos de miles de ellos empezó a rondar la cabeza de muchos de los mexicanos, quienes compararon las acciones con la de la influenza AH1N1 en los tiempos del Presidente Felipe Calderón.

Empecemos por lo primero, desde entonces, nuestro gobierno aseguró que estamos preparados, pero, preparados en serio, así como que del todo preparados, pues ¿cómo, si es un virus que poco se conocía?, pues con paracetamol del Seguro Social, porque otro tipo de medicamentos, no hay, pero no pasa nada, ya no hay corrupción.

La escasez de medicamentos no es ahorita el punto de estas líneas, ya tendrá su oportunidad, lo que sí nos ocupa es si realmente el gobierno puede aguantar la crisis epidemiológica como dice que puede hacerlo, puesto que lo que opina el Presidente es que andemos de abrazo en abrazo, contra la inseguridad, tal parece que no sabe cuál es la vía de contagio.

Desde que todo esto empezó, el Presidente sólo ha demostrado querer llevar la contraria y buscar llevar al límite las opiniones de los mexicanos y también de sus gobernados, que dicho sea de paso, no es lo mismo, sus gobernados son los que votaron por él y los mexicanos los que no lo hicimos y no tenemos derecho a opinar ni a reclamarle algo.

Investigadores de la UNAM concluyeron que la fase crítica de brote puede comprender entre el 20 y 30 de marzo, y no es porque sean adivinos, es un cálculo basado en las fechas de detecciones de contagios y pruebas positivas. Hasta ahorita México sólo ha presentado casos de importaciones de virus.

Y cómo no lo íbamos a importar si en los aeropuertos se les recibe (literal) con los brazos abiertos a quienes viajan de países con numerosos casos, sin un protocolo claro de revisión, vaya nada más falta que los reciban con alfombra roja y los lleven a sitios masivos. No se trata de victimizar a las personas, se trata de proteger a la población, algo que Andrés no sabe o no quiere hacer.

Es tan simple como pensar que el no tener síntomas no quiere decir que la persona no puede ser portadora del virus, es como el dueño de un gato, él no tiene pelo de gato, pero sí lo llevará en su ropa. Es sentido común, Andrés vio cerrar las fronteras ante una amenaza inminente y decidió no sólo abrir las suyas sino descuidarlas para demostrar que él manda… diría el dicho, ¡no me ayudes compadre!

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