/ viernes 29 de octubre de 2021

Crítica sin fundamento

El ataque del Presidente de la República a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) puede tener dos objetivos: distraer de la crisis múltiple que vive el país o, iniciar una ofensiva para imponer un modelo de control presidencial acorde a su concepción.

Debe el Presidente considerar que la UNAM no es monolítica ni estática, en ella cohabitan todas las posturas y expresiones, académicamente está entre las mejores del mundo y se mantiene como vehículo de movilidad social para los jóvenes mexicanos.

Este año la Universidad Nacional atiende a 366,930 alumnos; en el ciclo 2019-2020 registró 35,694 egresados de bachillerato; 31,509 en licenciatura, 7,938 titulados de licenciatura en 2020, ese mismo año 7,448 especialistas, maestros y doctores graduados, en todos los casos con un claro impacto social positivo para los entornos en los que se desenvuelven.

Considero que el ataque del ciudadano presidente a la UNAM proviene de una postura simplista, producto de ignorancia o mala fe.

Hay que recordar que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, es egresada de la UNAM y su señora madre es una destacada investigadora de la Universidad Nacional.

Otro caso es el del ex rector Juan Ramón de la Fuente, cuyos padres también fueron reconocidos investigadores.

Entonces en la UNAM se han formado innumerables servidores públicos que trabajan a favor de la nación, incluso en este sexenio.

Son sólo dos ejemplos de familias que han aportado por décadas al funcionamiento de la máxima casa de estudios y han servido al país.

Pero también hay otras muchas historias, porque no hay que perder de vista que la Universidad Nacional es el principal vehículo de movilidad social, muchos de sus egresados provienen de familias pobres, núcleos proletarios o de clases medias precarizadas. Viven y se desarrollan en colonias populares.

La educación media superior y superior que se imparte en la UNAM es, en muchos casos, la única oportunidad para acceder al mundo laboral de una mejor manera para sus egresados.

Y, por otra parte, a diferencia del Presidente de la República que es electo por popularidad, el rector de la UNAM se designa con base en sus capacidades académicas y de gestión administrativa, se le exigen resultados, de tal manera que la institución se encuentra entre las mejores del mundo.

Para ser rector de la UNAM se requiere, entre otros aspectos, contar por lo menos con diez años de servicio docente o de investigación en la Universidad, haberse distinguido en su especialidad y ser persona honorable y prudente.

Y es momento de ser prudentes y no caer en la provocación, de quien pretende imponer una sola visión.

Claro que hay muchas cosas que se deben adecuar en la UNAM, porque los tiempos cambian y como dije, no es estática, el debate lo debe dar la comunidad universitaria, temas como la forma de gobierno, el presupuesto y darle voz a todos los sectores de la Universidad. Hay que construir mecanismos colectivos de toma de decisiones, con bases académicas.

Textualmente has que decirlo: Tiene derecho el Presidente de la República a opinar acerca de la vida universitaria, pero con una postura bien informada, de buena fe y respetuosa de su autonomía. La Universidad Nacional no es un partido político, con visión uniforme. Ahí convive y se recrea la pluralidad. Es un espejo del país.

@TXTUALes

El ataque del Presidente de la República a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) puede tener dos objetivos: distraer de la crisis múltiple que vive el país o, iniciar una ofensiva para imponer un modelo de control presidencial acorde a su concepción.

Debe el Presidente considerar que la UNAM no es monolítica ni estática, en ella cohabitan todas las posturas y expresiones, académicamente está entre las mejores del mundo y se mantiene como vehículo de movilidad social para los jóvenes mexicanos.

Este año la Universidad Nacional atiende a 366,930 alumnos; en el ciclo 2019-2020 registró 35,694 egresados de bachillerato; 31,509 en licenciatura, 7,938 titulados de licenciatura en 2020, ese mismo año 7,448 especialistas, maestros y doctores graduados, en todos los casos con un claro impacto social positivo para los entornos en los que se desenvuelven.

Considero que el ataque del ciudadano presidente a la UNAM proviene de una postura simplista, producto de ignorancia o mala fe.

Hay que recordar que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, es egresada de la UNAM y su señora madre es una destacada investigadora de la Universidad Nacional.

Otro caso es el del ex rector Juan Ramón de la Fuente, cuyos padres también fueron reconocidos investigadores.

Entonces en la UNAM se han formado innumerables servidores públicos que trabajan a favor de la nación, incluso en este sexenio.

Son sólo dos ejemplos de familias que han aportado por décadas al funcionamiento de la máxima casa de estudios y han servido al país.

Pero también hay otras muchas historias, porque no hay que perder de vista que la Universidad Nacional es el principal vehículo de movilidad social, muchos de sus egresados provienen de familias pobres, núcleos proletarios o de clases medias precarizadas. Viven y se desarrollan en colonias populares.

La educación media superior y superior que se imparte en la UNAM es, en muchos casos, la única oportunidad para acceder al mundo laboral de una mejor manera para sus egresados.

Y, por otra parte, a diferencia del Presidente de la República que es electo por popularidad, el rector de la UNAM se designa con base en sus capacidades académicas y de gestión administrativa, se le exigen resultados, de tal manera que la institución se encuentra entre las mejores del mundo.

Para ser rector de la UNAM se requiere, entre otros aspectos, contar por lo menos con diez años de servicio docente o de investigación en la Universidad, haberse distinguido en su especialidad y ser persona honorable y prudente.

Y es momento de ser prudentes y no caer en la provocación, de quien pretende imponer una sola visión.

Claro que hay muchas cosas que se deben adecuar en la UNAM, porque los tiempos cambian y como dije, no es estática, el debate lo debe dar la comunidad universitaria, temas como la forma de gobierno, el presupuesto y darle voz a todos los sectores de la Universidad. Hay que construir mecanismos colectivos de toma de decisiones, con bases académicas.

Textualmente has que decirlo: Tiene derecho el Presidente de la República a opinar acerca de la vida universitaria, pero con una postura bien informada, de buena fe y respetuosa de su autonomía. La Universidad Nacional no es un partido político, con visión uniforme. Ahí convive y se recrea la pluralidad. Es un espejo del país.

@TXTUALes