Padecemos una crisis moral en México y, la población tiene miedo. Los delitos en medio de la pandemia están a la orden del día, pero peor aún pocos creen en la efectividad de las policías. Ecatepec de Morelos, Edomex, ocupa el peor lugar, con Iztapalapa muy cerca.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad pública Urbana (marzo 2020) del INEGI, el 94.4 de los habitantes de Ecatepec consideran que su entorno es inseguro y, sólo el 8.3 % cree que sus autoridades son efectivas y podrán resolver los problemas de delincuencia.
Por lo que respecta a la Ciudad de México Iztapalapa tiene una percepción de inseguridad de 91.3, mientras que Azcapotzalco de 80.1 y Cuauhtémoc del 68.5 %.
La reflexión es la misma, una vez más: qué hicimos o qué dejamos de hacer, para llegar a esto. Ayer mismo veía un video en redes sociales, en el que tres jóvenes despojan de sus pertenencias a una persona que fue a la tienda por víveres en la primera sección de Tlatelolco.
Qué nivel de descomposición social padecemos, que vulgares raterillos dejan a una familia sin comer en medio de la crisis sanitaria.
Escenas como esta se repiten en Ecatepec, Iztapalapa, Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Neza, Uruapan, Coatzacoalcos, Fresnillo y Villahermosa.
Y, qué se hace en estos casos, los acusamos con sus mamás, sus abuelitas, porque no hay autoridad que solucione esto, incluso la población no confía en sus policías.
La misma encuesta apunta que la población identificó a las diversas corporaciones policiales y que percibió su desempeño como “muy o algo efectivo” en sus labores para prevenir y combatir la delincuencia fueron: Marina (86.2%), Ejército (83.4%), Policía Federal (61.7%), Guardia Nacional (59%), Policía Estatal (48.5%), y Policía Preventiva Municipal (39.9 por ciento). Es decir, que la Guardia Nacional y las policías estatales están reprobadas por la población y, la Federal, pasó de panzazo.
Textualmente hay que decirlo: La delincuencia luce imparable aún en tiempos de restricciones para andar en la calle. ¿Acabará esto si los delincuentes los acusamos con sus mamás? La estrategia de seguridad sigue sin dar resultados.
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