El pasado domingo 5 de junio se llevaron a cabo elecciones en seis estados de la República, en las cuales el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador se impuso frente a la oposición, ganando cuatro gubernaturas. Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas se sumaron al proyecto de nación que está dominando, al ser la única alternativa de cambio en el país.
Ahora, el partido guinda pasa de gobernar 18 estados a 22, demostrando ser la principal fuerza política en México. Se estima que más de 11.7 millones de mexicanos salieron a ejercer su derecho al voto y el Instituto Nacional Electoral (INE) reportó la instalación del 99.5% de las casillas. Sin embargo, no se logró rebasar la barrera del 50% de participación, el abstencionismo estuvo presente.
Esto no necesariamente es reflejo de apatía por parte de la ciudadanía, ya que en estados como Aguascalientes, Durango y Tamaulipas se reportó la compra de voto y retención de credenciales para votar por parte de operadores priistas y panistas. En los cómputos se detectaron votos con leyendas que denuncian la compra de votos, así como boletas foliadas con una serie numeral que da cuenta de la famosa práctica del “carrusel”.
A pesar de las malas prácticas, el despertar de la ciudadanía se hizo presente, ya no es fácil engañarlos ni comprarlos sin consecuencias, en redes sociales ha quedado evidenciada la decadencia de los viejos partidos.
MORENA avanza con pasos firmes. Antes de 2018 el PRI gobernaba 18 estados, el PAN 11 y el PRD 5. Hoy en día el PRI se quedará con 3 estados, el PAN con 5 y el PRD está al borde de la desaparición. Recordemos que la oleada guinda comenzó gobernando al 26.80% de la población en 2018, en 2021 se sumó el 21.83% y en 2022 un 10.00%. Lo anterior significa que gobernará al 58.63% de la población mexicana.
En tan solo tres años el partido-movimiento ha logrado convencer a dos terceras partes del país. Es notorio que el pueblo de México castiga al PRIANRD, por su falta de ideología, carencia de proyecto y traición a la patria. La ciudadanía apuesta por un gobierno de principios, donde la honestidad, la congruencia y el bienestar social son prioridad.
Es evidente la crisis y la descomposición que padecen los conservadores, que son capaces de todo para mantener sus garras en el poder. Y no sólo eso, también les fallan las matemáticas, 4 estados son más que 2, es risible que estén celebrando y asegurando que van a la par del partido en el gobierno.
Resulta claro que el movimiento de la esperanza se consolida, a la Cuarta Transformación ya nada la detiene. Con su voto, el pueblo de México sigue gritando fuerte: ¡Es un honor estar con Obrador! Con unidad, organización y trabajo de la mano del pueblo, en 2023 se arrebatará a la derecha Coahuila y Estado de México, y en 2024 se volverá a ganar la Presidencia de la República.
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