/ martes 20 de agosto de 2019

CDMX, ciudad de la anarquía

La ciudad de México lamentablemente se encuentra abandonada, hay ausencia del gobierno, lo que por supuesto aprovechan organizaciones con intereses poco claros y grupos delictivos; sin que a la fecha y después de casi nueve meses de iniciada la administración de MORENA, haya quién proteja a los ciudadanos de los malandrines que día a día hacen de las suyas, solo baste recordar los niveles de inseguridad, las agresiones en centros comerciales y la creciente violencia disfrazada de movimientos con supuesto rasgos sociales de género. Por su parte, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, ha reconocido públicamente que conocían de las deficiencias y problemas que hay en la ciudad; sin embargo, la realidad los ha rebasado y se han dado cuenta que la situación es aún más compleja, dejando ver que su administración no tiene estrategia alguna ante una Ciudad que vive en la anarquía.

Sume Usted amigo lector que la Ciudad de México tiene niveles de impunidad y corrupción muy elevados, aun cuando escuchamos o leemos las noticias confirmamos que las cosas están mucho peor de lo que pensábamos, la autoridad no asume la responsabilidad y el caos se vive a diario por miles de capitalinos que tienen la necesidad de salir a trabajar. Las consecuencias de la violencia, bloqueos, manifestaciones, Etc., en diversas zonas de la Ciudad de México coinciden con los fenómenos de ingobernabilidad que ya se han visto en algunas de las grandes metrópolis del mundo.

La cuestión es que organizaciones, grupos, pandillas o cárteles como quieran llamarles son una realidad en la CDMX. El tema es que los morenistas, hoy en el gobierno, ya no controlan ni a sus propias organizaciones, e incluso mandos dentro de la policía capitalina actúan bajo sus propios criterios violando las garantías de la ciudadanía y violentando la paz social. La capital de todos los mexicanos se ha convertido pues en los últimos años en el escenario de una pugna entre diferentes organizaciones y grupos. Hoy el Gobierno de la ciudad declina ejercer su administración y todo mundo hace lo que quiere.

La ciudad de México lamentablemente se encuentra abandonada, hay ausencia del gobierno, lo que por supuesto aprovechan organizaciones con intereses poco claros y grupos delictivos; sin que a la fecha y después de casi nueve meses de iniciada la administración de MORENA, haya quién proteja a los ciudadanos de los malandrines que día a día hacen de las suyas, solo baste recordar los niveles de inseguridad, las agresiones en centros comerciales y la creciente violencia disfrazada de movimientos con supuesto rasgos sociales de género. Por su parte, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, ha reconocido públicamente que conocían de las deficiencias y problemas que hay en la ciudad; sin embargo, la realidad los ha rebasado y se han dado cuenta que la situación es aún más compleja, dejando ver que su administración no tiene estrategia alguna ante una Ciudad que vive en la anarquía.

Sume Usted amigo lector que la Ciudad de México tiene niveles de impunidad y corrupción muy elevados, aun cuando escuchamos o leemos las noticias confirmamos que las cosas están mucho peor de lo que pensábamos, la autoridad no asume la responsabilidad y el caos se vive a diario por miles de capitalinos que tienen la necesidad de salir a trabajar. Las consecuencias de la violencia, bloqueos, manifestaciones, Etc., en diversas zonas de la Ciudad de México coinciden con los fenómenos de ingobernabilidad que ya se han visto en algunas de las grandes metrópolis del mundo.

La cuestión es que organizaciones, grupos, pandillas o cárteles como quieran llamarles son una realidad en la CDMX. El tema es que los morenistas, hoy en el gobierno, ya no controlan ni a sus propias organizaciones, e incluso mandos dentro de la policía capitalina actúan bajo sus propios criterios violando las garantías de la ciudadanía y violentando la paz social. La capital de todos los mexicanos se ha convertido pues en los últimos años en el escenario de una pugna entre diferentes organizaciones y grupos. Hoy el Gobierno de la ciudad declina ejercer su administración y todo mundo hace lo que quiere.