/ domingo 3 de noviembre de 2019

Calladitos se ven más bonitos

Ya pasaron dos semanas del “operativo” que acabó en la pifia más grande de la 4T, la captura y liberación de Ovidio Guzmán, de esto hay mas versiones que de la misma biblia, pues cada uno de los involucrados salió por su lado a decir lo que entendió y lo que pudo, con lo que no contaban es que la prensa es muy quisquillosa.

Y es que nada les costaba desde el inicio decir que la operación falló y ya, pero alguien del cuarto de guerra del gabinete de seguridad quiso ganarse la medalla y se la colgó antes de tiempo, lo que permitió a la prensa saber que el operativo tenía un objetivo de alto nivel y pocas horas después, que lo habían liberado.

Operaciones militares de este tipo se hacen en todo el mundo y si todas fueran exitosas a la primera, no se viviría la violencia que se vive, sin embargo, fue más el orgullo del jefe supremo de las Fuerzas Armadas que prefirió sostener la mentira que abrirse a la verdad.

Los medios somos quisquillosos, pues esa es nuestra labor, buscar por todos lados las mayores versiones posibles para dar a nuestros lectores, a la sociedad, una información completa, no solo lo que el gobierno quiere que se sepa, es nuestra labor aunque le cueste trabajo al Presidente aceptarlo.

Acostumbrado a los “reporteros aliados” porque no le gusta aceptar que tiene paleros, esta semana salió a revolver más la versión del operativo, sin embargo, se encontró con una prensa harta de tanta vuelta y de tanta mentira, hubo enfrentamiento verbal, respetuoso, pero al final enfrentamiento.

A eso se le sumó el error más grande que un jefe supremo de las fuerzas armadas pudo cometer, no solo revelar el nombre del cuarto secreto de donde sale la inteligencia de los operativos de alto impacto, además reveló al cartel de Sinaloa el encargado de este grupo de inteligencia.

Si no se entiende la gravedad es como haberles puesto en bandeja de plata al hombre que encabeza el grupo que sabe donde viven, como operan, como se mueven y un sinfín de información delicada del cartel y eso, no creo que les haya gustado mucho.

No se trata de ser expertos o no en inteligencia militar, se trata de usar un poco el sentido común, si ya de por si los carteles eran más poderosos y organizados que el mismo gobierno, ahora con toda esa información que vulnera sus operaciones, sabrá el grandísimo que va a suceder. Ya dice el dicho, calladitos se ven más bonitos.

Ya pasaron dos semanas del “operativo” que acabó en la pifia más grande de la 4T, la captura y liberación de Ovidio Guzmán, de esto hay mas versiones que de la misma biblia, pues cada uno de los involucrados salió por su lado a decir lo que entendió y lo que pudo, con lo que no contaban es que la prensa es muy quisquillosa.

Y es que nada les costaba desde el inicio decir que la operación falló y ya, pero alguien del cuarto de guerra del gabinete de seguridad quiso ganarse la medalla y se la colgó antes de tiempo, lo que permitió a la prensa saber que el operativo tenía un objetivo de alto nivel y pocas horas después, que lo habían liberado.

Operaciones militares de este tipo se hacen en todo el mundo y si todas fueran exitosas a la primera, no se viviría la violencia que se vive, sin embargo, fue más el orgullo del jefe supremo de las Fuerzas Armadas que prefirió sostener la mentira que abrirse a la verdad.

Los medios somos quisquillosos, pues esa es nuestra labor, buscar por todos lados las mayores versiones posibles para dar a nuestros lectores, a la sociedad, una información completa, no solo lo que el gobierno quiere que se sepa, es nuestra labor aunque le cueste trabajo al Presidente aceptarlo.

Acostumbrado a los “reporteros aliados” porque no le gusta aceptar que tiene paleros, esta semana salió a revolver más la versión del operativo, sin embargo, se encontró con una prensa harta de tanta vuelta y de tanta mentira, hubo enfrentamiento verbal, respetuoso, pero al final enfrentamiento.

A eso se le sumó el error más grande que un jefe supremo de las fuerzas armadas pudo cometer, no solo revelar el nombre del cuarto secreto de donde sale la inteligencia de los operativos de alto impacto, además reveló al cartel de Sinaloa el encargado de este grupo de inteligencia.

Si no se entiende la gravedad es como haberles puesto en bandeja de plata al hombre que encabeza el grupo que sabe donde viven, como operan, como se mueven y un sinfín de información delicada del cartel y eso, no creo que les haya gustado mucho.

No se trata de ser expertos o no en inteligencia militar, se trata de usar un poco el sentido común, si ya de por si los carteles eran más poderosos y organizados que el mismo gobierno, ahora con toda esa información que vulnera sus operaciones, sabrá el grandísimo que va a suceder. Ya dice el dicho, calladitos se ven más bonitos.

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