/ lunes 8 de noviembre de 2021

Benito: nunca solos

Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres



Cuánto dolor puede causar perder a alguien que queremos. Ocurre en nuestra vida material cuando el motivo de nuestro luto es un consanguíneo, un integrante de nuestra familia elegida, una amistad. Pero también perdemos a alguien que es nuestro cuando sentimos identidad o simpatía por aquel que conocemos aunque nos desconozca.

“A Benito lo mataron", fue la afirmación precipitada surgida en redes sociales. Al principio hubo confusión. Que si la policía pudo estar involucrada, que si él se disparó extrañamente. Tras el incidente persecutorio del 29 de octubre en Cuautitlán Izcalli, no estuvo claro en los primeros tres días.

Una semana después de los hechos en que perdió la vida el querido actor de “Vecinos”, las diligencias ministeriales (peritajes, testimoniales, mecánica de hechos, estudios toxicológicos, necropsia) indican que no fue ultimado por los policías. Llevaba una pistola en la mano derecha, mientras la izquierda iba al volante, y al impactarse contra un muro se disparó accidentalmente en la cabeza.

Al ser un joven social, amable y además muy popular estuvo expuesto a otras vulnerabilidades que nos acechan a todos y de las cuales podemos ser víctima si acudimos en busca de ayuda a tiempo: ciertas formas de ingenua arrogancia en que se involucra el uso de armas o eventualmente algún hábito e incluso algún exceso. Antes que juzgar debemos entender. Y saber.

En al menos dos videos provenientes de celulares de algunos de los “amigos” del fallecido, advertimos que algo no transcurría como hubiéramos deseado.

En uno de ellos, “Benito” dispara nocturnamente un arma calibre nueve milímetros mientras su rostro exhibe una gran saturación por algún tipo de desgaste mayor, el cual se advierte en ojeras que se extienden al doble de sus grandes ojos; en otro, inhala en un segundo una de las tres líneas de siete centímetros de un polvo blanco colocadas en el descansabrazos de una camioneta.

¿Tiene eso algo que ver con lo que ocurrió después? ¿Por qué el actor de 22 años de edad no se detuvo cuando le marcaron el alto y por qué empuñaba una pistola? Y por supuesto: ¿por qué la policía no desplegó aquellos saberes obligatorios incluidos en los protocolos en una entidad en que se han gastado cientos de millones de pesos para su capacitación?

La apertura posterior de la autoridad al entregar a la familia todos los contenidos de la carpeta de investigación mostró la trayectoria del proyectil disparado en lo que parece corroborar la hipótesis del “suicidio accidental” del estimado joven.

Padres de familia y vecinos deseamos que los jóvenes se distancien de las violencias y de las adicciones, así como queremos que las capacidades policiales mejoren en el Estado de México en aprovechamiento de mejores prácticas que ocurren ya en la ciudad gobernada por Claudia Sheinbaum.

Debemos apoyar a las y los jóvenes para alejarse de los riesgos de estados emocionales que les hacen vulnerables. En el Consejo Ciudadano está siempre abierta nuestra línea de atención psicológica gratuita por teléfono y WhatsApp, el 55 5533 5533


Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres



Cuánto dolor puede causar perder a alguien que queremos. Ocurre en nuestra vida material cuando el motivo de nuestro luto es un consanguíneo, un integrante de nuestra familia elegida, una amistad. Pero también perdemos a alguien que es nuestro cuando sentimos identidad o simpatía por aquel que conocemos aunque nos desconozca.

“A Benito lo mataron", fue la afirmación precipitada surgida en redes sociales. Al principio hubo confusión. Que si la policía pudo estar involucrada, que si él se disparó extrañamente. Tras el incidente persecutorio del 29 de octubre en Cuautitlán Izcalli, no estuvo claro en los primeros tres días.

Una semana después de los hechos en que perdió la vida el querido actor de “Vecinos”, las diligencias ministeriales (peritajes, testimoniales, mecánica de hechos, estudios toxicológicos, necropsia) indican que no fue ultimado por los policías. Llevaba una pistola en la mano derecha, mientras la izquierda iba al volante, y al impactarse contra un muro se disparó accidentalmente en la cabeza.

Al ser un joven social, amable y además muy popular estuvo expuesto a otras vulnerabilidades que nos acechan a todos y de las cuales podemos ser víctima si acudimos en busca de ayuda a tiempo: ciertas formas de ingenua arrogancia en que se involucra el uso de armas o eventualmente algún hábito e incluso algún exceso. Antes que juzgar debemos entender. Y saber.

En al menos dos videos provenientes de celulares de algunos de los “amigos” del fallecido, advertimos que algo no transcurría como hubiéramos deseado.

En uno de ellos, “Benito” dispara nocturnamente un arma calibre nueve milímetros mientras su rostro exhibe una gran saturación por algún tipo de desgaste mayor, el cual se advierte en ojeras que se extienden al doble de sus grandes ojos; en otro, inhala en un segundo una de las tres líneas de siete centímetros de un polvo blanco colocadas en el descansabrazos de una camioneta.

¿Tiene eso algo que ver con lo que ocurrió después? ¿Por qué el actor de 22 años de edad no se detuvo cuando le marcaron el alto y por qué empuñaba una pistola? Y por supuesto: ¿por qué la policía no desplegó aquellos saberes obligatorios incluidos en los protocolos en una entidad en que se han gastado cientos de millones de pesos para su capacitación?

La apertura posterior de la autoridad al entregar a la familia todos los contenidos de la carpeta de investigación mostró la trayectoria del proyectil disparado en lo que parece corroborar la hipótesis del “suicidio accidental” del estimado joven.

Padres de familia y vecinos deseamos que los jóvenes se distancien de las violencias y de las adicciones, así como queremos que las capacidades policiales mejoren en el Estado de México en aprovechamiento de mejores prácticas que ocurren ya en la ciudad gobernada por Claudia Sheinbaum.

Debemos apoyar a las y los jóvenes para alejarse de los riesgos de estados emocionales que les hacen vulnerables. En el Consejo Ciudadano está siempre abierta nuestra línea de atención psicológica gratuita por teléfono y WhatsApp, el 55 5533 5533