/ jueves 12 de mayo de 2022

Asesinos de la verdad

El gobierno federal está empeñado en matar la verdad. No hay conferencia mañanera en que no haya ataques a periodistas o medios de comunicación.

No es algo nuevo. Desde su desempeño como jefe de gobierno (2000-2005), Andrés Manuel López Obrador despreció a los reporteros.

Desmanteló la sala de prensa de la sede del gobierno capitalino, donde los comunicadores suelen concentrarse para realizar su trabajo periodístico.

En 2001, cuando entraba en boga el uso del internet, sólo había tres computadoras, máquinas metálicas inservibles y líneas telefónicas deficientes.

Los comunicadores debían comprar o llevar consigo agua, además de papel para el sanitario, lo cual había sido retirado con el pretexto de la mal llamada austeridad.

López Obrador solía invitar a los reporteros a desayunar, pero en una ocasión terminaron pagando, como sucedió cuando presentó su libro “Un proyecto alternativo de nación”.

En sus asambleas informativas del Zócalo en 2006, los informadores eran comúnmente agredidos por sus huestes cuando arremetía contra los medios de comunicación.

Desde esas fechas y hasta el momento, el Presidente no ha descansado en violar el artículo 6 de la Constitución que protege la libertad de expresión.

Para la organización Artículo 19, los gobiernos deben garantizar la libertad de expresión, independencia y pluralismo del periodismo como requisito para garantizar que la información sea un “bien público”.

Dice que los gobiernos con prácticas autoritarias tienden a limitar la libertad de expresión y el derecho a la información.

En resumidas cuentas, quienes ejercen el periodismo y la defensa de los derechos humanos, se enfrentan al aparato represor llamado las “mañaneras” de López Obrador.

Aunque el Presiente diga lo opuesto, las cifras lo desmienten. En los primeros 41 meses de su gobierno han sido asesinados 60 periodistas.

Es decir que en promedio, a lo largo y ancho de la República ha sido asesinado un comunicador cada 20 días durante el presente gobierno.

Durante la gestión de Felipe Calderón, la cifra registrada fue de 48 informadores asesinados y en el gobierno de Enrique Peña Nieto 47 perdieron la vida.

De lo anterior se desprende que al Presidente no le gusta la verdad. Sus “otros datos” nunca comprobados han sido punta de lanza de la polarización nacional.

Y los periodistas incómodos, el tiro al blanco de sus constantes ataques, lo que se asocia a los reiterados crímenes que se traducen en asesinar la verdad.

Por eso, cobra fuerza la petición de Artículo 19 para que se legisle en el sentido de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información como un “bien público”.

PROSPECCIÓN…El ex director del Metro, Jorge Gaviño, declaró que durante la gestión del jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera se le dio mantenimiento a la Línea 12 del Metro, y de lo cual dijo tener pruebas.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx

El gobierno federal está empeñado en matar la verdad. No hay conferencia mañanera en que no haya ataques a periodistas o medios de comunicación.

No es algo nuevo. Desde su desempeño como jefe de gobierno (2000-2005), Andrés Manuel López Obrador despreció a los reporteros.

Desmanteló la sala de prensa de la sede del gobierno capitalino, donde los comunicadores suelen concentrarse para realizar su trabajo periodístico.

En 2001, cuando entraba en boga el uso del internet, sólo había tres computadoras, máquinas metálicas inservibles y líneas telefónicas deficientes.

Los comunicadores debían comprar o llevar consigo agua, además de papel para el sanitario, lo cual había sido retirado con el pretexto de la mal llamada austeridad.

López Obrador solía invitar a los reporteros a desayunar, pero en una ocasión terminaron pagando, como sucedió cuando presentó su libro “Un proyecto alternativo de nación”.

En sus asambleas informativas del Zócalo en 2006, los informadores eran comúnmente agredidos por sus huestes cuando arremetía contra los medios de comunicación.

Desde esas fechas y hasta el momento, el Presidente no ha descansado en violar el artículo 6 de la Constitución que protege la libertad de expresión.

Para la organización Artículo 19, los gobiernos deben garantizar la libertad de expresión, independencia y pluralismo del periodismo como requisito para garantizar que la información sea un “bien público”.

Dice que los gobiernos con prácticas autoritarias tienden a limitar la libertad de expresión y el derecho a la información.

En resumidas cuentas, quienes ejercen el periodismo y la defensa de los derechos humanos, se enfrentan al aparato represor llamado las “mañaneras” de López Obrador.

Aunque el Presiente diga lo opuesto, las cifras lo desmienten. En los primeros 41 meses de su gobierno han sido asesinados 60 periodistas.

Es decir que en promedio, a lo largo y ancho de la República ha sido asesinado un comunicador cada 20 días durante el presente gobierno.

Durante la gestión de Felipe Calderón, la cifra registrada fue de 48 informadores asesinados y en el gobierno de Enrique Peña Nieto 47 perdieron la vida.

De lo anterior se desprende que al Presidente no le gusta la verdad. Sus “otros datos” nunca comprobados han sido punta de lanza de la polarización nacional.

Y los periodistas incómodos, el tiro al blanco de sus constantes ataques, lo que se asocia a los reiterados crímenes que se traducen en asesinar la verdad.

Por eso, cobra fuerza la petición de Artículo 19 para que se legisle en el sentido de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información como un “bien público”.

PROSPECCIÓN…El ex director del Metro, Jorge Gaviño, declaró que durante la gestión del jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera se le dio mantenimiento a la Línea 12 del Metro, y de lo cual dijo tener pruebas.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx