/ lunes 22 de abril de 2019

Apoyar a los jóvenes emprendedores

Leonel Luna Estrada

Con el apoyo del sector público y privado, los jóvenes emprendedores deberían tener mayores oportunidades para iniciar un negocio, sin que la falta de recursos económicos sea el principal obstáculo para emprender sus proyectos.

Algunos países como Estados Unidos, Chile, Colombia, Israel y Corea del Sur cuentan con apoyos y formas muy innovadoras de apoyo para los jóvenes emprendedores, los cuales tienen mayores posibilidades de desarrollarse y tener éxito.

En nuestro país, muchos jóvenes emprendedores con propuestas viables no tienen forma de iniciar un negocio propio porque no cuentan con la solvencia económica. Lo ideal sería que se generara un modelo de incubadora empresarial a gran escala, la cual sea una alternativa económica, sobre todo de generación de empleos.

Un informe que cada año prepara Young Business Talents, el cual detecta las tendencias de los jóvenes mexicanos acerca de su futuro profesional, resalta que hay una gran predisposición de este sector de la sociedad hacia el emprendimiento.

En el 2014, se registra un aumento de este interés, pues un 58.50% de los jóvenes emprendedores plateaban la opción de emprender un negocio, y en el 2018 esta cifra aumentó un 69.06%.

El INEGI realizó el año pasado la Encuesta Nacional de Egresados, donde se entrevistaron a 12 mil egresados de todo el país, con el fin de entender mejor sus necesidades laborales y crear políticas públicas a favor de este sector.

Los datos son muy interesantes. Casi la mitad de quienes salen del nivel de educación superior o universidades ganan muy poco en su primer trabajo, los mejores sueldos oscilan entre los 3 mil a 8 mil pesos mensuales. De acuerdo a la encuesta, dos de cada tres egresados considera que es muy difícil tener un buen trabajo. Por esta razón, lo ideal para aquellos que terminan una carrera es ser sus propios jefes, emprender un negocio y obvio obtener mejores ganancias.

Si se logra la cooperación del sector privado y de instituciones académicas, el sector público podría generar modelos de apoyo a jóvenes emprendedores que beneficiarían al país en la generación de empleos y en la movilidad económica.

Leonel Luna Estrada

Con el apoyo del sector público y privado, los jóvenes emprendedores deberían tener mayores oportunidades para iniciar un negocio, sin que la falta de recursos económicos sea el principal obstáculo para emprender sus proyectos.

Algunos países como Estados Unidos, Chile, Colombia, Israel y Corea del Sur cuentan con apoyos y formas muy innovadoras de apoyo para los jóvenes emprendedores, los cuales tienen mayores posibilidades de desarrollarse y tener éxito.

En nuestro país, muchos jóvenes emprendedores con propuestas viables no tienen forma de iniciar un negocio propio porque no cuentan con la solvencia económica. Lo ideal sería que se generara un modelo de incubadora empresarial a gran escala, la cual sea una alternativa económica, sobre todo de generación de empleos.

Un informe que cada año prepara Young Business Talents, el cual detecta las tendencias de los jóvenes mexicanos acerca de su futuro profesional, resalta que hay una gran predisposición de este sector de la sociedad hacia el emprendimiento.

En el 2014, se registra un aumento de este interés, pues un 58.50% de los jóvenes emprendedores plateaban la opción de emprender un negocio, y en el 2018 esta cifra aumentó un 69.06%.

El INEGI realizó el año pasado la Encuesta Nacional de Egresados, donde se entrevistaron a 12 mil egresados de todo el país, con el fin de entender mejor sus necesidades laborales y crear políticas públicas a favor de este sector.

Los datos son muy interesantes. Casi la mitad de quienes salen del nivel de educación superior o universidades ganan muy poco en su primer trabajo, los mejores sueldos oscilan entre los 3 mil a 8 mil pesos mensuales. De acuerdo a la encuesta, dos de cada tres egresados considera que es muy difícil tener un buen trabajo. Por esta razón, lo ideal para aquellos que terminan una carrera es ser sus propios jefes, emprender un negocio y obvio obtener mejores ganancias.

Si se logra la cooperación del sector privado y de instituciones académicas, el sector público podría generar modelos de apoyo a jóvenes emprendedores que beneficiarían al país en la generación de empleos y en la movilidad económica.