/ miércoles 13 de noviembre de 2019

Aplicaron protocolo ante boqueo de federales y casi se arma la campal

Desde la llegada de la actual administración en la Ciudad de México se ha dicho hasta el cansancio que no responderían con violencia a las manifestaciones; y así fue, muchas marchas hemos testificado y mientras algunos grupos violentos roban, destruyen y causan daños a mobiliario urbano, negocios y todo lo que se les pone enfrente, la policía permanece a la expectativa.

Incluso, una de las primeras decisiones de la jefa de gobierno de esta capital, Claudia Sheinbaum fue desaparecer al cuerpo de granaderos, lo cual ocurrió de palabra, porque no hay más ese nombre, mientras que en la realidad los elementos están dentro de la corporación, listos para ser llamados en cuanto sea necesario.

Así las cosas, en una ciudad convulsa donde la realidad y cotidianeidad de las marchas y manifestaciones empiezan a normalizarse y cuando no son los taxistas, son los campesinos, los comerciantes, ciudadanos organizados o cualquier otro colectivo para quienes la única manera de hacer presión para ser escuchados es salir a las calles.

Muy lejos queda la idea de darles horarios o rutas para sus marchas, porque entonces a todo mundo le valdría un cacahuate que se desgañitaran gritando, es hasta que el caos es tal que es necesario ir a ver qué quieren, negociar para escucharlos y en su caso, resolver el tema, pero que no cierren vías de comunicación.

Cuando las cosas se ponen más difíciles, es evidente la necesidad de un cuerpo especializado, con un modo de acción y un uso de la fuerza en relación a la necesidad de mantener el orden, por ello es que se publicó este protocolo del uso de la fuerza.

No pasó ni un día, cuando ya fue necesario ponerlo en práctica, lo que ocurrió este martes en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) donde un puñado de Policías Federales demostraron la fuerza a los uniformados de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, al cerrar el Circuito Interior y los accesos a la terminal aérea.

El resultado: Policías Federales detenidos, policías descalabrados, gases en medio de todo esto, miles de viajeros que no tomaron su vuelo, la liberación de los detenidos y al final nada de resultados, porque no hubo negociación alguna para los Federales.

Esto quiere decir que habrá más manifestaciones de los inconformes, y que el protocolo de poco o nada sirve si no va acompañado de preparación tanto táctica como de negociación.

Sígueme en Twitter @Antoniodemarcel

En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx

Desde la llegada de la actual administración en la Ciudad de México se ha dicho hasta el cansancio que no responderían con violencia a las manifestaciones; y así fue, muchas marchas hemos testificado y mientras algunos grupos violentos roban, destruyen y causan daños a mobiliario urbano, negocios y todo lo que se les pone enfrente, la policía permanece a la expectativa.

Incluso, una de las primeras decisiones de la jefa de gobierno de esta capital, Claudia Sheinbaum fue desaparecer al cuerpo de granaderos, lo cual ocurrió de palabra, porque no hay más ese nombre, mientras que en la realidad los elementos están dentro de la corporación, listos para ser llamados en cuanto sea necesario.

Así las cosas, en una ciudad convulsa donde la realidad y cotidianeidad de las marchas y manifestaciones empiezan a normalizarse y cuando no son los taxistas, son los campesinos, los comerciantes, ciudadanos organizados o cualquier otro colectivo para quienes la única manera de hacer presión para ser escuchados es salir a las calles.

Muy lejos queda la idea de darles horarios o rutas para sus marchas, porque entonces a todo mundo le valdría un cacahuate que se desgañitaran gritando, es hasta que el caos es tal que es necesario ir a ver qué quieren, negociar para escucharlos y en su caso, resolver el tema, pero que no cierren vías de comunicación.

Cuando las cosas se ponen más difíciles, es evidente la necesidad de un cuerpo especializado, con un modo de acción y un uso de la fuerza en relación a la necesidad de mantener el orden, por ello es que se publicó este protocolo del uso de la fuerza.

No pasó ni un día, cuando ya fue necesario ponerlo en práctica, lo que ocurrió este martes en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) donde un puñado de Policías Federales demostraron la fuerza a los uniformados de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, al cerrar el Circuito Interior y los accesos a la terminal aérea.

El resultado: Policías Federales detenidos, policías descalabrados, gases en medio de todo esto, miles de viajeros que no tomaron su vuelo, la liberación de los detenidos y al final nada de resultados, porque no hubo negociación alguna para los Federales.

Esto quiere decir que habrá más manifestaciones de los inconformes, y que el protocolo de poco o nada sirve si no va acompañado de preparación tanto táctica como de negociación.

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