/ lunes 19 de julio de 2021

AMLO resucitó a Sheinbaum y a Ebrard

Si en México existiera pleno Estado de Derecho, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard deberían estar enfrentando una investigación o un juicio por el desplome en la Línea 12 del Metro que dejó 26 muertos, en vez de andar en una especie de precampaña rumbo al 2024.

Pero no. El presidente Andrés Manuel López Obrador resucitó a sus dos principales “corcholatas”, y a pesar de esta tragedia en que no hay un solo responsable después de casi tres meses, vuelven a tener posibilidades rumbo a la Presidencia.

López Obrador se inventó lo de los destapes anticipados para distraer y liberar a Sheinbaum y a Ebrard de alguna culpabilidad en la tragedia del Metro, la cual ya había dejado como consecuencia la estrepitosa derrota de la jefa de Gobierno en la elección del 6 de junio, porque le atribuían a ella la falta de mantenimiento.

Después, el resultado del peritaje técnico de la empresa noruego-alemana determinó que la zona elevada de la Línea 12 se desplomó porque estuvo mal construida, de lo cual fue responsable la administración de Ebrard en la CDMX.

La debacle de los dos principales candidatos de López Obrador benefició a Ricardo Monreal, coordinador de los Senadores de Morena, quien se colocó por encima de ambas “corcholatas”.

Por eso urgía la terapia de resucitación de López Obrador a Sheinbaum y a Ebrard, que consistió en primero mencionarlos en un listado con otros funcionarios de relleno, y la exclusión deliberada de Monreal.

La segunda parte fue una reunión el 22 de junio en Palacio Nacional entre López Obrador, Sheinbaum y Carlos Slim, en la que el empresario se comprometió a reparar el tramo mal construido.

Luego, López Obrador anunció que ya nadie más que él hablaría del tema del accidente en la Línea 12 para proteger a Sheinbaum. Casi al mismo tiempo, se dio la muy tardía renuncia de la directora del Metro, Florencia Serranía, impune hasta hoy.

Y para terminar con el montaje de las “corcholatas”, el martes pasado López Obrador permitió que Ebrard se destapara en la mañanera.

Así, Sheinbaum y Ebrard no asumieron las consecuencias del accidente que dejó 26 muertos y andan muy campantes, más ocupados del 2024 que de sus encargos actuales. Así la cuatrote.


Si en México existiera pleno Estado de Derecho, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard deberían estar enfrentando una investigación o un juicio por el desplome en la Línea 12 del Metro que dejó 26 muertos, en vez de andar en una especie de precampaña rumbo al 2024.

Pero no. El presidente Andrés Manuel López Obrador resucitó a sus dos principales “corcholatas”, y a pesar de esta tragedia en que no hay un solo responsable después de casi tres meses, vuelven a tener posibilidades rumbo a la Presidencia.

López Obrador se inventó lo de los destapes anticipados para distraer y liberar a Sheinbaum y a Ebrard de alguna culpabilidad en la tragedia del Metro, la cual ya había dejado como consecuencia la estrepitosa derrota de la jefa de Gobierno en la elección del 6 de junio, porque le atribuían a ella la falta de mantenimiento.

Después, el resultado del peritaje técnico de la empresa noruego-alemana determinó que la zona elevada de la Línea 12 se desplomó porque estuvo mal construida, de lo cual fue responsable la administración de Ebrard en la CDMX.

La debacle de los dos principales candidatos de López Obrador benefició a Ricardo Monreal, coordinador de los Senadores de Morena, quien se colocó por encima de ambas “corcholatas”.

Por eso urgía la terapia de resucitación de López Obrador a Sheinbaum y a Ebrard, que consistió en primero mencionarlos en un listado con otros funcionarios de relleno, y la exclusión deliberada de Monreal.

La segunda parte fue una reunión el 22 de junio en Palacio Nacional entre López Obrador, Sheinbaum y Carlos Slim, en la que el empresario se comprometió a reparar el tramo mal construido.

Luego, López Obrador anunció que ya nadie más que él hablaría del tema del accidente en la Línea 12 para proteger a Sheinbaum. Casi al mismo tiempo, se dio la muy tardía renuncia de la directora del Metro, Florencia Serranía, impune hasta hoy.

Y para terminar con el montaje de las “corcholatas”, el martes pasado López Obrador permitió que Ebrard se destapara en la mañanera.

Así, Sheinbaum y Ebrard no asumieron las consecuencias del accidente que dejó 26 muertos y andan muy campantes, más ocupados del 2024 que de sus encargos actuales. Así la cuatrote.