/ martes 8 de diciembre de 2020

Alfonso Romo fracasó

La función que pomposamente le ofreció López Obrador a Alfonso Romo nunca fue de coordinador oficina alguna, menos aún de la Presidencia. Su función era la de encargado de las relaciones con el sector privado, no la de operar la institución presidencial. Su puesto, el nombramiento formal, era tan intrascendente para el Gobierno que el Presidente adelanto que mejor desapareciera la coordinación y que Romo seguirá siendo el enlace con los empresarios, pero sin cartera. Claramente la relación con los empresarios no es, para bien o para mal, la prioridad de este Gobierno.

Como dicen los que saben…Alfonso Romo Fracasó porque de buenas intenciones están llenos los panteones, el pésimo “desempeño” ofrecido por este personaje, suma todas las muertes de empresas durante su gestión, a grado tal, que ya no hay cabida para más en el panteón empresarial. Lo anterior también nos arroja que en el “gobierno de la Cuarta Transformación” se padecen grandes males. Las grandes derrotas a dos años de gobierno han sido lapidarias para 125 millones de mexicanos que votaron y confiaron en un “cambio”; desde el Aeropuerto de Santa Lucia hasta el plan de contingencia económica frente la pandemia, pasando por las energías alternativas y la desconfianza para la inversión en México, muestran con claridad un gobierno fallido y el fracaso de sus funcionarios.

Me parece que la filosofía de medir para mejorar no es una prioridad en la administración del Peje, si lo fuese, entonces estaríamos confirmando no solo el fracaso de Romo, también el de la mayoría de “servidores” o serviles funcionarios públicos de la actual gestión. Con más pena que gloria, Alfonso Romo dejó la Oficina de la Presidencia de la República, durante los dos años que ocupó su puesto se dedicó a “sembrar” discordia entre varios miembros del gabinete y algunos integrantes de la Corte de Palacio, de su quehacer ya ni hablamos.

Lastimosamente ese florero de Palacio Nacional salió muy caro y es corresponsable de la de la tragedia que hoy vivimos en las empresas mexicanas. El empresariado nacionalista requiere un apoyo real por parte del Gobierno Federal, lo que lamentablemente ahora no existe, el desempleo es terrible; a la fecha ha afectado a millones de familias mexicanas y con ello la economía nacional va en picada. Y falta cuatro años…

La función que pomposamente le ofreció López Obrador a Alfonso Romo nunca fue de coordinador oficina alguna, menos aún de la Presidencia. Su función era la de encargado de las relaciones con el sector privado, no la de operar la institución presidencial. Su puesto, el nombramiento formal, era tan intrascendente para el Gobierno que el Presidente adelanto que mejor desapareciera la coordinación y que Romo seguirá siendo el enlace con los empresarios, pero sin cartera. Claramente la relación con los empresarios no es, para bien o para mal, la prioridad de este Gobierno.

Como dicen los que saben…Alfonso Romo Fracasó porque de buenas intenciones están llenos los panteones, el pésimo “desempeño” ofrecido por este personaje, suma todas las muertes de empresas durante su gestión, a grado tal, que ya no hay cabida para más en el panteón empresarial. Lo anterior también nos arroja que en el “gobierno de la Cuarta Transformación” se padecen grandes males. Las grandes derrotas a dos años de gobierno han sido lapidarias para 125 millones de mexicanos que votaron y confiaron en un “cambio”; desde el Aeropuerto de Santa Lucia hasta el plan de contingencia económica frente la pandemia, pasando por las energías alternativas y la desconfianza para la inversión en México, muestran con claridad un gobierno fallido y el fracaso de sus funcionarios.

Me parece que la filosofía de medir para mejorar no es una prioridad en la administración del Peje, si lo fuese, entonces estaríamos confirmando no solo el fracaso de Romo, también el de la mayoría de “servidores” o serviles funcionarios públicos de la actual gestión. Con más pena que gloria, Alfonso Romo dejó la Oficina de la Presidencia de la República, durante los dos años que ocupó su puesto se dedicó a “sembrar” discordia entre varios miembros del gabinete y algunos integrantes de la Corte de Palacio, de su quehacer ya ni hablamos.

Lastimosamente ese florero de Palacio Nacional salió muy caro y es corresponsable de la de la tragedia que hoy vivimos en las empresas mexicanas. El empresariado nacionalista requiere un apoyo real por parte del Gobierno Federal, lo que lamentablemente ahora no existe, el desempleo es terrible; a la fecha ha afectado a millones de familias mexicanas y con ello la economía nacional va en picada. Y falta cuatro años…