Corría el periodo del Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, cuando nacieron los llamados “servidores de la nación”.
Se trataba de la estructura de promoción del voto que pronto se incrustó en el poder para controlar los padrones de beneficiarios de programas sociales.
Tan sólo la operación de ese ejército de promotores de López Obrador, representó un ostentoso gasto superior a los 3 mil 240 millones de pesos.
Dicha estructura significaba un gasto similar al presupuesto del Fondo Nacional de Desastres Naturales de 2019 (3,466 millones de pesos antes de desaparecerlo).
Era igual al Fondo Metropolitano (3,300 millones de pesos); al programa de actualización del padrón electoral (3,065 millones de pesos) y al Programa de Microcréditos (3,33 millones de pesos).
Dichos “servidores” fueron coordinados por los “súper delegados”, prospectos potenciales a gobernadores, tal y como ha sucedido.
Con base en lo anterior, llamó la atención la petición del Presidente a los gobernadores para alcanzar un “acuerdo nacional a favor de la democracia”.
Los exhortó a no apoyar a ningún candidato o partido, y a no permitir el uso del presupuesto con fines electorales.
Asimismo les pidió denunciar la entrega de dinero del crimen organizado o de la delincuencia de cuello blanco para financiar campañas.
“Impedir la compra de lealtades o conciencias”, fue otra demanda. “No traficar con la pobreza de la gente; no solapar a tramposos o mapaches electorales”.
¿Existe la calidad moral para exigir lo anterior? ¿Quién ha defendido a capa y espada al candidato al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio?
¿Quién ha usado con fines electorales a los “servidores de la nación? ¿Con qué propósito vigilan la aplicación de vacunas contra el Covid?
¿Le harán caso los gobernadores, después de que el Presidente actúa diferente a como habla? ¿Pretende atarlos de manos?
PROSPECCIÓN… El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, designó a Fernando Antonio Mora Guillén, como su coordinador de Comunicación Social.
Twitter: @JoelSaucedo
